El niño de la icónica foto de la emigración guarda la receta de los tigres del Trafalgar

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XOAN A. SOLER

Comparte el secreto con su yerno, Dany Cosme, que está al frente del negocio

18 may 2021 . Actualizado a las 12:06 h.

Corría el año 1960 cuando Antonio Mallón Otero, por entonces un niño de 13 años de Lavacolla, ponía rumbo a Venezuela para encontrarse con su padre, José, y su hermano mayor, Agustín. El pinchazo de la rueda del autobús le hizo perder el barco que zarpaba desde el puerto de A Coruña, pero la audacia de su madre logró que aquella misma tarde pudiera embarcar desde Vigo. Mientras esperaba la solución, el fotógrafo Alberto Martí hizo la icónica foto que simboliza el drama de la emigración gallega. El retrato cuelga, desde el 2003, de la pared de uno de los bares más conocidos del Franco, el Trafalgar. Fue ese año, en pleno verano, cuando Antonio hizo el viaje de vuelta a casa, pero esa vez no fue solo, sino con su mujer Dosinda Santos Santos, de Val do Dubra, su hija Alejandra y el marido de esta, Dany Cosme De Sousa, venezolano e hijo de emigrantes de Madeira (Portugal). «Todas las tardes íbamos por el Franco y siempre parábamos en el Trafalgar, que era de unos primos de mi suegra», comenta Dany. La idea era localizar un negocio para asentarme en Santiago, y el Trafalgar fue el elegido. «Regresé a Venezuela en septiembre para arreglar todo, vender propiedades. La gente me decía que estaba loco, porque dejaba un buen trabajo en la cervecería Polar. Pero estaba decidido». El 1 de diciembre dejó Caracas, y el día 3 «firmamos el contrato del Trafalgar». Los primeros años, Antonio y Dany compartieron el negocio. Y tras la merecida jubilación del niño de la histórica foto de la emigración, Dany siguió al frente del bar conocido por su famosa tapa de tigres rabiosos. La receta secreta, dice, «solo la conocemos mi suegro y yo. La salsa solo la preparamos nosotros. Nadie más». En el Trafalgar se mantiene otra tradición, la de la máquina de música, en la que una canción se impone a las demás. «Hotel California, la 0101. Llegué a escucharla más de diez veces al día. Ahora por el covid la máquina está apagada. Pero volverá». En el 2014, los propietarios de La Cueva, el local anexo al Trafalgar, se jubilaron. «Nos llevamos muy bien. Cuando se jubiló me quede con el negocio, y allá me metí». Dany pensó que era buena idea. «El Trafalgar es todo barra, y La Cueva es más grande. Con el covid, el Trafalgar no podría abrir ni ahora». Mantiene las tradiciones del Trafalgar y La Cueva, pero está creando otra con su sello, al introducir Los Tequeños, una tapa de su tierra, que es una masa frita rellena de queso latino salado. «Ahora entiendo lo de lo morriña. Lo que peor llevo son los días de lluvia. Nada que ver con la luz de Venezuela, pero estoy bien», comenta Dany.

Cata en Santa Comba

La Asociación de Empresarios de Santa Comba completó una cata formativa de vinos para doce hosteleros locales, dirigida por Manuel Giráldez, director comercial de Grandes Pagos Galegos, en colaboración con la distribuidora Landvinum y el Concello. Se desarrolló en la Casa do Pozo, abarcando todas las variedades vinícolas gallegas, e incluyó una charla de Rafael Peña, director nacional de Artevino, y de Alberto Seoane, delegado de la zona norte de las denominaciones de origen Rioja, Ribera del Duero o Toro. Otro proyecto que avanza es el de Santa Comba en cores. La directiva se reunió con 24 asociaciones para embellecer cinco muros con temáticas de apoyo al comercio, culturales, deportivas o de la naturaleza. El proyecto contará con profesionales del colectivo Vella Escola, de Noia.

PACO RODRÍGUEZ

Premio para A Quenlla

El grupo A Quenlla recibió, en el Museo das Peregrinacións, el galardón de la VIII edición del premio internacional de la Asociación de periodistas del Camiño, por su trabajo de divulgación del Camino de Santiago. A Quenlla fue creada en 1984 por varios músicos, entre Mini y Mero.