La cuarentena de 14 días hace que ourensanos que viven fuera se replanteen venir de visita
24 may 2020 . Actualizado a las 09:38 h.La necesidad de guardar catorce días de cuarentena para todas aquellas personas que vengan de otros países influye especialmente a los ourensanos que residen fuera y que, a estas alturas del año, ya deberían estar programando sus visitas de cara al verano.
Mónica Otero. Ginebra
«Yo soy feliz sentada en una piedra en Melias»
Mónica Otero Álvarez nació y vive en Ginebra, Suiza, desde hace 48 años. Hija de emigrantes ourensanos, concretamente de Santa María de Melias, en Pereiro de Aguiar, lleva conviviendo toda su vida con esa doble nacionalidad que asegura su DNI y que le corre por las venas. Puede que por ese arraigo a las raíces de sus padres o por todo lo que ha disfrutado a lo largo de cada uno de los veranos que ha regresado a su casa del pueblo con a su familia -no ha faltado ni uno-, no puede evitar llorar al imaginarse que no la dejan venir este año. «No sé qué haríamos. Los veranos en Melias son una institución, es nuestro momento de disfrutar juntos y también de inculcarles el amor por la tierra a nuestros hijos», dice. En su caso tiene dos y ambos vienen encantados. «Además mi madre, que vivía aquí, decidió mudarse al pueblo a finales del año pasado así que estamos separados», explica.
Recupera la sonrisa al recordar que los billetes de vuelta ya los tiene comprados. «Son para finales de agosto pero los sacamos siempre en octubre porque hay tantos gallegos en Ginebra que regresan a casa en verano, que los vuelos de vuelta se llenan», explica. Suelen venir tanto su familia como la de su prima, y Mónica incluso se trae a su sobrino porque su hermano trabaja, para pasar aquí casi un mes entero. Todavía está en el aire lo que ocurrirá este año pero ellos ya barajan la posibilidad de venir a Galicia en coche. «Si nos permiten viajar y no hay vuelos, por supuesto, iremos en coche», dice Mónica. Todo apunta a que de poder venir tendrán que guardar una cuarentena a su llegada, algo que esta gallego-suiza admite que no le supondría ningún problema. «Yo soy feliz sentada encima de una piedra en Melias. Estar catorce días encerrada en mi casa de allí no es ningún problema porque no voy para visitar la playa o los chiringuitos, voy para estar con mi madre, mis amigas y mis familiares. Lo que más hacemos es charlar, disfrutar de nuestra compañía y dar grandes paseos por el monte, algo para lo que me compensa pasar una cuarentena, sin duda», afirma. Además Mónica está a favor de esa medida: «Me parece muy adecuada. Todo lo que sea para prevenir un contagio y para hacer prevalecer la seguridad es fundamental. Mi madre tiene 76 años y nosotros somos los primeros que queremos protegerla, claro», termina.
Breogán Rivas del Río. DUBLÍN
«Nos toca esperar con mucha calma»
Breogán Rivas, nacido en Ourense en 1979, lleva ya catorce años viviendo en Nass, condado de Kildare, muy cerca de Dublín (Irlanda). Allí trabaja como informático en una multinacional americana, que desde el inicio de la pandemia lo mandó a su casa a teletrabajar, como al resto de sus compañeros. En esa situación sigue a día de hoy, sin poder desplazarse a más de cinco kilómetros de su casa y con restricciones que a día de hoy son más férreas que en Galicia. «Las tiendas y los bares siguen cerrados; no hay vuelo y de hecho en el aeropuerto se acaba de plantear el despido de un millar de empleados», asegura. En esa tesitura, pensar en poder viajar hasta Ourense en las próximas semanas es una quimera. «Nos toca esperar con calma, a ver si las cosas mejoran y a ver qué pasa en agosto». La última vez que estuvo en la ciudad de As Burgas fue en Navidad, cuando pudo pasar nueve días con la familia. Además, solía venir en verano algunos años, siempre que los vuelos no estaban a precios desorbitados. Ahora todo eso se ha venido abajo. «Lo de las vacaciones es una lotería», explica.
Uxía García. MÚNICH
«Non me apetece pasar as vacacións na casa»
Uxía García tenía planes de volver en verano de Múnich, pero cree que no va poder cumplirlos. «Salvo que a situación se complique por aquí, prefiro quedar por agora en Alemaña. Encantaríame volver para estar coa familia e os amigos, pero ter que pasar a maior parte das miñas vacacións na casa non é o que máis me apetece», asegura.
Javier Rocha. DUBLÍN
«Tenemos vuelos en septiembre»
El barquense Javier Rocha lleva desde 2005 viviendo en Dublín, aunque en los últimos tiempos este ingeniero informática pasa temporadas en Galicia aprovechando que trabaja siempre desde casa. Entiende la medida del Gobierno de que las personas procedentes del extranjero tengan que pasar 15 días de cuarentena. Siga o no esa obligación en marcha, él volverá a casa, al final del verano. «Tenemos vuelos en septiembre».
José Manuel Vázquez Aguirre. MÉXICO
«Este año no compensa el viaje por las condiciones»
José Manuel Vázquez Aguirre tiene claro que este año se romperá la tradición del viaje de verano a Ourense. Casado y con tres hijas, regresa para reencontrarse con la familia y los amigos. En 2020 no volverá a Rubillón (Avión) porque las medidas impuestas a raíz del coronavirus supondrían perder una buena parte de las vacaciones. «Este año no compensa el viaje por las condiciones que se imponen para entrar en España. Deberían articularse otras medidas -hacer test aquí y allí al llegar, por ejemplo- porque si vas un mes o mes y medio y pierdes dos semanas confinado no vale la pena. E imagínate que nos topamos con lo mismo al volver. Tocará pasarlas en Acapulco, Cancún o en cualquier otro sitio». La hija mayor de José Manuel Vázquez, que estaba estudiando Relaciones Internacionales en Pamplona, tuvo que regresar a México en marzo por la alerta del covid-19.
Esta información fue elaborada por María Doallo, Marta Vázquez, Xosé Manoel Rodríguez y María Cobas.