«El problema de Galicia no es el envejecimiento sino la falta de oportunidades»

La Voz REDACCIÓN / ANA GONZÁLEZ, EFE

ACTUALIDAD

Antía Pérez Caramés forma parte del equipo de investigación en Sociología de las Migraciones Internacionales

24 oct 2019 . Actualizado a las 11:17 h.

El envejecimiento demográfico de Galicia es «irreversible» pero similar al del resto de España, asegura la socióloga Antía Pérez Caramés, que advierte de que el verdadero problema de la Comunidad «no es la demografía, sino que haya gente que no puede desarrollar sus proyectos vitales» en ella.

Así lo afirma en una entrevista Pérez Caramés, que forma parte del Equipo de investigación en Sociología de las Migraciones Internacionales (ESOMI) y ha organizado un simposio titulado «En los orígenes del apocalipsis demográfico y social de Galicia», que se celebra estos días en el Museo de Bellas Artes de A Coruña.

«Hay que asumir que el hecho de que cada vez vivamos hasta edades más avanzadas y en mejores condiciones lleva aparejado un aumento de la proporción y el número de personas mayores que tenemos en la población», explica la investigadora sobre uno de los aspectos más característicos de la demografía gallega. No obstante, recomienda no ver con pesimismo el envejecimiento demográfico, al igual que revela que existe un discurso, propiciado por políticos y medios de comunicación, «muy catastrofista» de la situación en la Comunidad.

«Es una especie de relato casi apocalíptico, como si la población gallega fuera a desaparecer o como si estuviéramos en una situación realmente muy trágica», sostiene la socióloga, que asegura que «eso no es realista» pues la tendencia de la región es similar, «con pequeñas diferencias», a la del resto de España.

Ese discurso tiene como uno de sus componentes la emigración, un fenómeno que actualmente se encuentra «un poco más estancado que en los años más duros de la crisis» (hasta 2014), cuando la tasa de emigración gallega era de 34,8 por cada 10.000, mientras que la española era de 12,7 por cada 10.000.

«Galicia es un territorio particularmente abocado a la emigración como principal estrategia que tienen sus habitantes para solucionar los problemas cuando surgen», pues para los gallegos abandonar su hogar «es un recurso».

A pesar de que la falta de empleo es uno de los motivos principales, Pérez Caramés invita a mirar también la parte positiva y es que «Galicia tiene conexiones con diferentes países por ese pasado migratorio», lo que proporciona «un enorme capital social». «Decir que en Galicia siempre se emigró tampoco sería un error; entonces revertir esa situación completamente es complicado, pero lo que sí que se puede es indagar en las causas que están en el origen de que las personas se vayan de manera involuntaria», abunda la profesora.

Pese a que la Comunidad pierde población, Antía Pérez niega que exista un problema demográfico: «el problema no es la demografía, sino que haya gente que no puede desarrollar sus proyectos vitales, sean estos cuales sean, aquí», reitera.

Galicia pierde más habitantes por el crecimiento vegetativo que por las migraciones y, por ello, con frecuencia se habla de incentivar la natalidad, pero la socióloga afirma que «las políticas que tienen como objetivo directo la natalidad fracasan, nunca tuvieron éxito».

Para Antía Pérez, se deberían analizar los elementos que influyen en que las mujeres quieran tener un número determinado de hijos, a una determinada edad, y «en función de eso actuar».

En esta línea, precisa que «quien quiera tener criaturas debería tener todos los recursos disponibles para poder tenerlas cómo y cuándo quiera y quien no quiera también», por lo que «el objetivo no debe ser llegar a un número determinado de hijos por mujer, sino que la gente pueda desarrollar sus proyectos vitales de hogar y de familia como le apetezca». «En casi todos los países desarrollados también está aumentando algo que se llama infertilidad, es decir, que hay un cierto número y una cierta proporción de mujeres que van a acabar su vida fértil sin tener criaturas porque no quieren tenerlas. Es un fenómeno relativamente en alza», expone. Para la socióloga, «hay mucho que hacer para que este sea un país que oferte oportunidades».