La muerte en el extranjero agranda la espera para el entierro hasta 10 o 12 días

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JOSE MANUEL CASAL

ESPECIAL DIFUNTOS | En el mejor de los casos, en unas cuatro jornadas puede lograrse el traslado, pero influyen numerosos factores y depende del país

01 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Para los familiares de un fallecido, el dolor por la muerte de un ser querido puede agravarse mucho más si el óbito se produce fuera de las fronteras españolas. ¿Cuánto? Imposible manejar una cifra de días, según los datos que proporcionan los responsables de varias funerarias de la zona y la experiencia propia o de casos conocidos (familiares o vecinos). Y este tema, que podría parecer anecdótico porque tampoco ocurre tan a menudo, no lo es en una comarca con miles de emigrantes en el extranjero, especialmente en Suiza. Si hubiese que hacer una horquilla de menos a más, podría decirse que en el mejor de los casos el traslado de un cadáver, desde Suiza, se logra en apenas cuatro días, o cinco. En el peor, si está en Inglaterra, puede superar los 12 días sin problemas. Y hay ejemplos.

Influyen múltiples factores. Para empezar, el país. En Inglaterra existe una tradición de mantener el cadáver más de una semana antes de dar el permiso. Pero también si el deceso ha sido en Europa o más lejos. Si ha sido una muerte natural sin complicaciones o si ha habido que realizar la autopsia (o algún tipo de investigación). Si el avión habilitado coincide justo cuando se logra el visto bueno, además del enlace en Madrid cuando hay escala (no todos están habilitados). Si hay un fin de semana por medio o no. Incluso si la compañía aseguradora o la empresa contratada tienen la misma diligencia o suerte. Es este un mundo aparte y sorprendente que, por supuesto, nadie conoce hasta que le toca de cerca, y que a veces, si se vive desde dentro, resulta hasta surrealista.

Claro que cada vez va a menos. Carlos Rodríguez, de la funeraria Costa de Baio, señalaba que hace años era muy habitual, podían tener 15 o 16 traslados al año, pero ahora llevan ya muchos meses sin ninguno. La razón es que la mayoría de las personas más veteranas ya han regresado, sobre todo de Suiza, y suelen fallecer en su parroquia natal. Cree que la media de demora puede estar entre cinco y siete días.

Iván Amarelle, de San Antonio, señala que son «moitas circunstancias» las que determinan el tiempo de un traslado: «As causas da morte, o país, os trámites no consulado, o avión, se é fin de semana, mesmo o espazo aéreo, se hai problemas eses días», indica. Puesto a dar una referencia, cree que desde Suiza, una semana de media puede ser lo normal.

Manuel Pombo, del Grupo Bergantiños, recuerda que hace años era todo más fácil y más rápido, pero que con el tiempo ha ido a peor, sobre todo «porque a burocracia crece unha barbaridade». Sabe de casos en los que ha habido que esperar hasta quince días, todo un suplicio para las familias, aunque lógicamente eso no es lo normal. Además, la inmensa mayoría llegan en avión. Por carretera, muy de vez en cuando, y además es más caro. El coste general aérea apenas se ha incrementado en los últimos años, «como o coste da vida», señala Pombo.