«La vida es demasiado corta para aprender alemán, es muy difícil»

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Pinto&Chinto

La gallega Verónica Boquete es jugadora del Bayern de Múnich, pero también «una emigrante» a la espera de «un buen plato de pulpo» que le cure la morriña

06 dic 2015 . Actualizado a las 19:39 h.

Verónica Boquete Giadáns (Santiago, 1987) es la gallega que presume de brazalete en la selección española de fútbol, la que comparte chucrut con Karl-Heinz Rummenigge en el comedor del Bayern de Múnich y la que ha metido en vereda a la FIFA al forzar la presencia del fútbol femenino en el videojuego oficial de la entidad, colofón a una denodada lucha contra el machismo en el deporte rey. Ahora mete goles reales y virtuales, pero Vero no ha dejado de ser la misma: «una emigrante» a la espera de «un buen plato de pulpo» que le cure la morriña mientras continúa su peregrinaje por el planeta futbolístico.

-¿Qué sería para usted ponerse las botas?

-Volver a casa y comerme un buen pulpo, una empanada, caldo, filloas y todas estas cosas que cuando estás fuera es más complicado catar. A ver si en Navidad me paso por ahí. No voy desde julio.

-EE. UU., Suecia, Rusia... ¿Se considera usted una emigrante?

-Exacto. Soy una emigrante, como hace años lo fueron nuestros abuelos y ahora, otra gente. Sorprende que sea por deporte, pero es así. Me fui en busca de oportunidades y llevé la morriña conmigo, las ganas de volver.

-¿Los más peculiares, los rusos?

-Je, je. Rusia es diferente. Sorprende la corrupción. Cuando te para la policía ves cómo funciona la jerarquía del poder: si tienes dinero todo se soluciona. También Estados Unidos es peculiar, porque es como vivir en una película constante. Pero el lenguaje del fútbol es universal.

-Y ahora, Alemania: «Sprechen Sie Deutsch?»

-Nicht! La vida es demasiado corta para aprender alemán, es un idioma muy difícil. Me lo dificulta más aún el saber inglés. Voy a clases, lo intento, pero...

-¿Rummenigge y Beckenbauer son tan estirados como parece?

-No. Se respira un ambiente muy familiar en el Bayern. Rummenigge, director general, hace cola en el comedor con la bandeja, como todos. Almuerzas a su lado y te pregunta por el partido. Es la simpleza de lo grande.

-¿Ya le ha recomendado la cerveza gallega?

-Eso me está costando, je, je. En Alemania, hablar de cerveza de otro país es como «¡pero qué dices!, ¿estás loco?». Pero ya he hecho la broma de pedir una Estrella en algún bar.

-Los españoles del equipo irán a verla jugar, ¿no?

-Alguno viene, sí. Sobre todo Javi Martínez. A ver si enganchamos a otros. Guardiola, cuando nos conocimos, me prometió asistir a algún partido. Aún no ha cumplido, así que vamos a tener que recordárselo.

-¿Cuándo veremos a una mujer en la silla que deja Blatter al frente de la FIFA?

-Eso sería muy interesante. Queremos que a las mujeres capacitadas se les dé la oportunidad, también como dirigentes.

-Por lo pronto ha logrado que el videojuego «FIFA 16» incluya el fútbol femenino. ¿Ha probado a jugar con usted misma?

-No, ja, ja. No sé jugar al FIFA 16, no me gustan los videojuegos. Esta es más bien una lucha por los derechos y el cambio social.

-Pero sabrá si los comentarios son malos, como apuntó el hijo de Rajoy, el de la colleja.

-Me llegan muchos vídeos por las redes sociales y me he visto celebrando goles, pero no he jugado, así que no puedo opinar.

-¿El fútbol femenino da para nueve coches deportivos, como el masculino?

-No, no. Ni comparación. Da para vivir en algunos países. En España es más complicado.

-¿Y cómo llevan los hombres eso de que se los meriende usted en las pachangas?

-Los comentarios más machistas que he escuchado son los de las madres. Que a mi hijo lo regatee un niño, vale, pero ¡que lo regatee una niña! Es un ejemplo de la sociedad en que vivimos y de cómo nos educan.

-Ahora, las niñas que juegan en Cabío o en Corrubedo dicen: «Me pido ser Vero Boquete». Ya es usted patrimonio futbolístico gallego, como Balaídos o Riazor.

-Bueno, el cambio es grande. En España era muy importante crear referentes femeninos. Las que estamos en la selección hemos crecido sin ellos y es vital que las niñas puedan decir que prefieren ser como nosotras, no como Messi o Cristiano.

-¿Una centrocampista puede ser una chica de extremos?

-El medio campo es lo mío, con lo cual, no me gustan los extremismos. Como en el fútbol, hay que tener claros los conceptos y el estilo.

-¿Quiénes han sido sus ídolos?

-De niña, Koeman. Y en mi juventud, Ronaldo, el gordo. Es el que más me impactó hasta que llegó Messi.

-Pues a ver si va a acabar jugando al póker.

-No lo creo, je, je. No es lo mío.