La Casa de Galicia en Nueva York brinda por 75 años más de actividad

victoria toro CORRESPONSAL / NUEVA YORK

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28 sep 2015 . Actualizado a las 09:25 h.

«Por los próximos setenta y cinco años» fue el brindis más escuchado en la celebración del aniversario de Casa Galicia de Nueva York el sábado. Era una noche templada en la ciudad de los rascacielos con una luna brillante y casi llena que iluminaba la calle mucho más que las farolas de Astoria, la zona multicultural de Queens donde está la sede del mayor club social de este tipo de esa ciudad. Y bajo esa luna fueron llegando sobre las ocho de la tarde los invitados.

La mayoría venían de su casa, en Nueva York, pero también de otros lugares: la cercana ciudad de Newark, Miami, Madrid y, sobre todo Galicia, porque algunos miembros de la Xunta quisieron acompañar a estos gallegos que viven al otro lado del Atlántico. El vicepresidente Alfonso Rueda, Antonio Rodríguez Miranda, secretario xeral o el secretario general de Migraciones del gobierno de Madrid, Aurelio Miras.

Pero sobre todo los que ocupaban las mesas, los pasillos, los salones; los que brindaban, reían y bailaban eran los socios: 250 habían reservado lugar para la celebración.

«Parece una boda», le decía esta corresponsal al presidente de la asociación, Marcos Roel. «Sí pero fíjate, -contestó él- hay menos gente de la que hubiera habido porque precisamente hoy había una boda gallega en Long Island, se casa una chica que es socia».

Casa Galicia de Nueva York cumplía setenta y cinco años y esos son muchos años. El propio Marcos Roel reconocía que la asociación había tenido tiempos mejores y tiempos peores, pero de lo que no hay duda es que este es uno de los buenos. Sus casi mil socios lo demuestran. Sus clases de baile y de gaita repletas de niños gallegos que ya nacieron en suelo estadounidense también.

La celebración fue un día de reencuentros. Dos de los socios que estaban presentes llevan cincuenta años perteneciendo a Casa Galicia, otros llevan solo unas semanas. Y allí estaban juntos para brindar por «los próximos setenta y cinco». Las pantallas de televisión gigantes del bar mostraban dos imágenes que podían reflejar a la perfección la esencia de estos gallegos que no viven en Galicia y que, incluso, algunos de ellos ni siquiera han nacido en Galicia. Una de las pantallas mostraba el encuentro de las familias con el papa Francisco en la cercana ciudad de Filadelfia; la otra, un partido de béisbol de los Mets, el equipo local en Queens. La mayoría de los comentarios se referían al partido, como en otros momentos se comentan los partidos de fútbol de la liga española.

María Dolores, Anunciación, Pilar y Sara cuentan todo lo que han trabajado, de forma voluntaria, para la celebración: «Anoche -dicen- estuvimos hasta la una de la madrugada y hoy casi todo el día». Son socias desde hace decenas de años, llegaron a Nueva York hace cincuenta, trabajaron, criaron a sus hijos y hoy jubiladas siguen activas, tan activas que son el alma de Casa Galicia. «Es que nuestra vida ha pasado aquí», dice Pilar.

Y después de todo, la fiesta: comida, bebida y sobre todo baile hasta la madrugada porque como dijo Marcos Roel: «Somos gallegos así que tenemos toda la noche para celebrar».

Marcos Roel: «Somos gallegos, así que tenemos toda la noche para celebrar»