«Si tus padres tienen una deuda, el banco ya no te abre una cuenta aquí»

a. a. LONDRES / ENVIADO ESPECIAL

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Rita Álvarez Tudela

09 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La coruñesa Carol López Pérez llegó a Londres hace siete años para ejercer en un restaurante familiar. Allí se dio cuenta de que buscar piso y resolver el papeleo, «un trabajo en sí mismo», despistaba mucho a los nuevos empleados, así que lo asumió el restaurante. «Cualquier día montamos una agencia», bromeaba. Pues la montó. Se llama In2london y ayuda a numerosos españoles porque conoce todos los entresijos del mercado laboral y del de vivienda.

-¿Compartir piso es tan habitual en Londres?

-Sí. Todos comparten. Al llegar no puedes pagar 150 libras a la semana, porque te vuelves a España. Si te cuesta 100, más 30 o 40 del transporte, puedes ahorrar algo. Aquí viven 10 millones de personas y otros dos millones no registrados. Como apenas se construye, la única solución es repartir las casas. Después puedes mejorar rápidamente. Si eres responsable y tienes ganas, en una semana en Londres deberías estar trabajando, sobre todo en hostelería. Empiezas fregando platos, pero en breve quedan puestos libres en el salón del restaurante. El mercado genera un movimiento constante de personal.

-¿Con qué problemas llegan los españoles?

-Un nivel de inglés pésimo. Tardan tres meses en educar el oído. En seis tienen algo de conversación, y eso que en Londres son más abiertos y pacientes porque hay gente de todas partes. Los portugueses, en cambio, lo entienden todo. Otro problema es la formación vital. De Francia para arriba, tus padres, cuando acabas la secundaria, te hacen viajar y trabajar para que te hagas responsable. Pero recibo gente de España, con carrera y todo, a los que hay que explicarles en qué consiste la Seguridad Social. Un joven francés ya sabe lo que es pagar impuestos.

-¿Cómo funciona In2london?

-Fue una apuesta arriesgada porque algunas agencias tienen mala imagen, ya que se han dedicado a cobrar 500 libras por darte un papel con una dirección. La gente llega estresada a Londres y buscar empleo es un trabajo duro. Yo les consigo entrevistas de trabajo [por buscar empleo no cobra] y les acompaño. Si hay suerte, en una semana están trabajando. Además, les arreglo el papeleo del banco, de la Seguridad Social... Como me conocen, las entidades no ponen tantas trabas.

-¿Y ponen muchas?

-Sí, aquí el banco no te pide un contrato. Te pide la nómina, y si no trabajas, no la tienes. Al principio te abren una cuenta básica y hasta que pasan tres meses no puedes pedir una tarjeta de crédito. Para abrir esa primera cuenta te espera por delante una hora de entrevista. Rastrean tu historial financiero, y si tus padres tienen una deuda en España, el banco ya no te abre una cuenta aquí. Y si el que dejó la deuda fue el inquilino que vivía en el piso antes que tus padres, también te ponen trabas. Y no digamos si hay un impago de otra persona en la casa de Londres en la que pretendes conseguir habitación. Olvídate.

-¿Cómo funciona la búsqueda de piso?

-Es a lo que más me dedico ahora. Buscar piso es un trabajo en sí mismo que, como mínimo, lleva una semana. Hay que estar rápido para coger las habitaciones porque se alquilan todas en un día o dos. Nadie te reserva la que te gusta. Los propietarios me pasan sus ofertas y yo las cruzo con las solicitudes de los clientes que contactan conmigo. Y tengo una comisión, claro.

-¿Qué opinan los gallegos cuando llegan a Londres y se encuentran con la realidad del piso compartido?

-Vienen con un presupuesto máximo de 120 libras semanales para vivienda, aunque en realidad quieren pagar 90 o 95, con todo incluido. Y eso es imposible. Luego les enseñas las habitaciones, que son pequeñas, y ellos quieren los pisos de Galicia, pero eso aquí no existe. La primera que ven es todo un shock. Pero cuando van a la segunda les gusta más la anterior. Luego les cambia la perspectiva, se dan cuenta de que no tienen salón ni tele, y al final la cogen.

-¿Se resignan?

-Bueno, yo les explico que es algo temporal. Cuando ganas más dinero y ahorras, puedes aspirar a algo mejor. Hay como tres fases. La primera, un box de 80 a 120 libras semanales; la segunda, una habitación con cama doble, que te cuesta entre 150 y 160 por semana, y la tercera, un estudio, que vale 1.200 o 1.300 al mes.

-¿Y así viven también los médicos, por ejemplo?

-Sí. Tal vez se salten el primer paso y vayan directamente al segundo, pero lo demás es igual. El estudio ya es otra cosa, porque el casero no te alquila así porque sí. Te va a exigir entre seis meses y un año de estancia asegurada en la casa, dos meses de fianza y otro de renta por adelantado.

-¿Cómo es el prototipo del gallego que está llegando a Londres?

-Tiene un nivel de inglés bajo a pesar de que suele contar con estudios universitarios. No ha trabajado en España. Muchos vienen para ejercer en su especialidad, creen que van a tener un despacho propio cuando empiecen a trabajar en Londres, pero hay bastantes  ingenieros que empiezan fregando platos.

-¿Y ese comienzo es muy habitual en el Reino Unido?

-Claro. Quieren que primero te formes como persona, y después ya harás tu carrera profesional. Aquí, con 25 años nadie llega a puestos altos. La progresión empieza a los 30 o a los 35.

-¿Con qué profesionales españoles se encuentra con más frecuencia?

-Las carreras más habituales que se ven en Londres son las de letras: periodistas, profesores. También hay bastantes ingenieros. Los profesionales del márketing o la publicidad, como los periodistas, lo tienen complicado por el idioma. 

-¿Fracasa mucha gente en su adaptación?

-Solo se da la vuelta un 2 %, pero cada uno que se me va, me duele. Precisamente, me acaba de pasar con una chica. Y se precipitó, porque le salieron ofertas de trabajo cuando ya tenía el billete de avión en la mano.

-¿Por qué eligió usted Londres?

-Vine en el 2005, pero cuando estudiaba Relaciones Públicas en Galicia ya tenía claro que tenía que salir. Londres me mantiene viva porque está funcionando las 24 horas. Una vez que aprendes a vivir aquí, puedes hacerlo en cualquier parte del mundo. Ahora quiero seguir en esta ciudad. A A Coruña regresaré cuando necesite un sitio tranquilo, el día de mañana.

-¿Se trabaja duro aquí?

-Sí. En la hostelería se hacen muchas horas, y hay dos días a la semana que tienen turno doble, toda la jornada. Es como en la City. Hay gente que está dos días seguidos sin parar. Tienen arriba unas duchas, se despejan un poco y siguen. Y al cumplir el objetivo ya descansarán lo que sea preciso. Pero hay que tener en cuenta que la gente viene a Londres a hacer dinero, sobre todo los americanos y los asiáticos. Les compensa hacer muchas horas y vivir en habitaciones pequeñas para ahorrar y volver cuanto antes a sus países. Aquí funciona de esta manera.