«Herfraga ten un nome, vende fiabilidade»

La Voz

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03 mar 2014 . Actualizado a las 12:08 h.

Mercedes Fraga Rey, María José Fraga Rey, María Dolores García Fraga, Juan Carlos García Fraga y Carmenza García Fraga componen actualmente el equipo directivo, en el que también figura en la presidencia, aunque ya jubilado, Antonio Fraga Abelenda. El anterior presidente fue José Fraga Abelenda (padre de Mercedes y María José, ya fallecido). Este carácter familiar se extiende a los propios trabajadores, a los cuales tratan de implicar en la producción: «Que se sintan parte integrante e colaboradora da empresa», explica la dirección.

«A idea sempre foi estar aquí centralizados, en Carballo», concreta Mercedes. De hecho, y aunque la empresa tuvo distintas sedes, nunca se ha movido de la misma calle: la rúa Poniente. «Vendemos o nome de Carballo por todo o mundo e iso é un orgullo», manifiesta. En las empacadoras, van siempre grabados dos nombres: el de la empresa y también el de la capital de Bergantiños (Carballo).

cifra de conserveras

Herfraga no es ajena a la disminución de conserveras en España, pero su alto nivel de exportación le ha permitido mantener cifras de actividad y pasar de refilón por la crisis. «Moitas pecharon, noutras unificouse a propiedade», apuntan. Aun así, la caída en este país ha sido menor que en otros: España sigue siendo una potencia mundial y, dentro de ella, Galicia, comunidad que en el 2013 fue destino del 60 % de la producción nacional de esta empresa carballesa. La práctica totalidad de las conserveras españolas son usuarias de la empacadora de atún de Herfraga, como también lo son fábricas de conservas de pescados de Alemania, Corea, Indonesia, Tailandia, Italia o Noruega, por citar solo algunos países.

«Claro que hai competidores e copias, pero Herfraga ten un nome e unha marca recoñecida en todo o mundo, vendemos fiabilidade», apuntan. El alto nivel de competitividad ya se vio recompensado en su día con un trofeo como líder de exportación: entonces era el año 1986, no eran las circunstancias de ahora, y se convertía en la primera empresa de tecnología conservera gallega que alcanzaba los mercados internacionales con ese éxito.

La fábrica de la calle Poniente recibe con frecuencia visitas de los clientes. «Temos esa sorte, con frecuencia son eles os que se desprazan ata aquí, tamén interesados por ver afabricación da propia máquina», explica otra de las integrantes del equipo directivo.

La sede de Herfraga, con representantes en el extranjero, se convierte así en un pequeño mapamundi, aunque las nuevas líneas de trabajo de la empresa pasan no tanto por ampliar países de distribución (la cifra está más o menos estabilizada en los últimos años) sino por diversificar potenciales clientes, de ahí la producción de empacadoras ahora para cárnicos y vegetales.

Cada máquina es una adaptación y un modelo distinto. Parece conservar el espíritu artesanal de aquel taller mecánico inicial.