El candidato demócrata se lleva la mayoría de los votos de los nacidos en Galicia con nacionalidad estadounidense, pero lejos de aquel optimismo sin límites del 2008
06 nov 2012 . Actualizado a las 23:43 h.La comunidad gallega se implicó en aquella ola de cambio que hizo posible que Estados Unidos eligiera a su primer presidente negro. Cuatro años después, Barack Obama también se lleva la mayoría de los votos de los gallegos estadounidenses. Aunque ahora aquella esperanza, casi desenfrenada, ha desaparecido. Están convencidos de que el demócrata es la mejor opción para sus intereses, pero lejos de aquel optimismo sin límites del 2008.
La mayor parte de la comunidad gallega se asienta en Nueva York y Nueva Jersey y, siguiendo la tendencia de los estados que los han acogido, la ideología demócrata es la que predomina. Eso mismo ocurre con el resto de los hispanos, y aunque se discute que los españoles formen parte o no de ese grupo, los gallegos sí se sienten en general identificados como hispanos. Y ese voto es demócrata en su mayoría. Otros aspectos que explican su tendencia ideológica es que casi todos son emigrantes asalariados, y tanto el voto trabajador como el inmigrante tiende más al bando demócrata que al republicano.
Dos países en uno
Joaquín Lado, un médico lucense que vive en Tejas desde hace doce años, explica cómo se reparte el voto: «Hay dos USA. Por un lado, está el grupo mayoritariamente blanco, conservador, de fuertes raíces religiosas, que se va adaptando despacio y acepta otras etnias, en especial afroamericanos y latinos, porque en el fondo depende de ellos para mantener su estatus», explica. Y continúa: «Por otro lado, tienes una sociedad étnicamente muy plural, compuesta por una variedad enorme de sensibilidades, desde intelectuales de centro-izquierda a activistas de todo tipo, algunos medianos empresarios, mucha gente trabajadora desde el nordeste a California, y los grupos de hispanos y afroamericanos que votarán a Obama».
Luz Rodríguez, que tiene la doble nacionalidad, vive en Ourense pero estos días, y hasta después de las elecciones, está en EE. UU. «España es todavía una democracia de arriba a abajo y aquí todavía hay muchos resquicios para hacerla de abajo a arriba», dice Luz, que confiesa que el martes votará por Obama y que en España ha dejado de votar. «Aquí me emociona, el sentimiento de ciudadanía es muy grande», dice.
Uno de los aspectos interesantes de la sociedad estadounidense es la diferencia entre las costas, tradicionalmente liberales, y el interior, más conservador. Andrés Rosende, director de cine compostelano que vive en Los Ángeles, lo explica así: «Esa idea de que Romney no está a la altura de Obama y que por eso va a perder les va a costar más de un dolor de cabeza a los demócratas. La gente de Nueva York y Los Ángeles no entiende al americano medio. Esa es la opinión que me llega de mis amigos del medio oeste y del sur de EE.?UU.».
En el Centro Ourensano de Newark (Nueva Jersey) o la Casa Galicia en Nueva York, el apoyo a Obama era tan evidente en el 2008 que costaba encontrar a alguien que admitiera que era votante de John McCain. La obamanía les sacaba las ganas de presumir de republicanismo. Una historia que se repetirá el martes.
«Me emociona el sentimiento de ciudadanía», dice la ourensana Luz Rodríguez