Un ourensano dirige el programa de lenguas modernas de la Universidad de Washburn, en Kansas

ACTUALIDAD

Miguel Gonzalez-Abellas emigró a Estados Unidos en 1990 gracias a un convenio educativo y trabaja desde hace trece años en la Universidad de Washburn.

08 ene 2010 . Actualizado a las 10:03 h.

La emigración gallega está formada por personas que tuvieron que viajar a la fuerza, otras que lo hicieron por gusto y un tercer grupo en el que fue el destino el que marcó su condición de gallegos en la diáspora. En este tercer grupo se encuentra Miguel González-Abellas, un ourensano de 42 años que viajó en 1990 al estado de Kansas (Estados Unidos) gracias a un convenio universitario y allí sigue hoy, casado y con dos hijos.

Tras licenciarse en la Universidad de Santiago, a Miguel se le presentó la opción de proseguir sus estudios en la Universidad de Washburn, en Kansas, donde obtuvo su maestría y, más tarde, el doctorado en literatura latinoamericana. En 1997 firmó su primer contrato laboral en la Universidad Washburn, en la que sigue trabajando a día de hoy. Antes de surgirle esta oportunidad no había descartado la opción de vivir fuera de su tierra, pues reconoce que siempre le atrajo vivir con gente de otras culturas e idiomas, «pero nunca había pensado seriamente en vivir en otro lugar que no fuera Galicia». De hecho, no conocía Estados Unidos y se instaló en el medio oeste, donde valora aspectos positivos y negativos, como «una cierta mentalidad provinciana en lo que respecta al resto del mundo». Pero, como en todas partes, en Kansas se ha encontrado con «gente muy abierta de mente y también extremadamente cerrada».

Pero no es el único gallego que ha ido a parar en algún momento de su vida a este rincón norteamericano. «Hubo un tiempo que la sección de español de mi departamento estaba compuesta completamente por gallegos». Ahora solo queda él como único español en la Universidad. Sí hay profesores de muy diversas nacionalidades: Alemania, Argentina, China, Corea, Francia, Hungría, India, Japón, Perú, República Dominicana y Rusia son algunos de los países representados en la comunidad educativa de Kansas.

Allí confía quedarse Miguel durante toda su vida laboral, «salgo alguna oportunidad sorpresiva», aclara. Y es que este ourensano está totalmente adaptado a la vida americana. Tiene doble nacionalidad, se casó, tiene dos hijos y, a largo plazo, sopesan si trasladarse a Brasil o regresar a España una vez alcance la edad de jubilación. A Galicia reconoce no venir tanto como querría, «Ahora, con los niños y la familia, toca repartir los viajes, ya que mi esposa es paraguaya». Y echa de menos a la familia, a amigos que quedan en España y a algunas comidas. Y eso que hay productos que encuentra por aquellos lugares lejanos, «como el queso de tetilla, el Alvariño en incluso Viño de Valdeorras». Pero la realidad es que en Kansas «no se sabe mucho de España a nivel general y de Galicia menos».