Panamá amplía el canal que construyeron miles de gallegos

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El grupo Sacyr lidera la sociedad española Unidos por el Canal que construirá el tercer juego de esclusas. La obra permitirá el paso de barcos post-Panamax y duplicará el tránsito interoceánico

05 ago 2009 . Actualizado a las 13:48 h.

Ochenta kilómetros claves para el comercio internacional. La gran obra de ingeniería que culminó Estados Unidos en 1914 empieza ahora una nueva etapa: la Autoridad del Canal de Panamá acaba de adjudicar las obras que permitirán a los barcos más grandes aprovecharse de esa unión entre los dos grandes océanos que flanquean el continente americano. Se trata de una ruta básica para el mercado marítimo y de la que también podrá sacar partido Galicia, ya que sus puertos quedarán mejor posicionados en las rutas hacia Asia.

El grupo ganador del concurso, «Unidos por el Canal» está liderado por la española Sacyr Vallehermoso, en la que tienen participación por casi un 9% las dos cajas de ahorro gallegas. Pero la historia del Canal de Panamá ya estaba ligada a la de España y, más concretamente a la de ciudadanos gallegos desde sus inicios.

La primera vez que se planteó la idea de excavar un paso de agua a través del Istmo de Panamá para unir el Atlántico y el Pacífico surgió en 1513. Ese año, Vasco Núñez de Balboa descubría que tan solo una estrecha franja de tierra separaba los dos océanos. Carlos I de España ordenó entonces el primer estudio conocido sobre la gran infraestructura, pero la idea se abandonó por imposible.

Un siglo después, una Francia experta en la materia tras culminar el de Suez, retomaba la idea y en 1880 emprendió la construcción del Canal, que abandonó 20 años después, tras un mal planteamiento del proyecto y con más de 22.000 muertos, víctimas de enfermedades tropicales y accidentes laborales. Estados Unidos tomó las riendas de la construcción en 1904 y en una década consiguió culminar el proyecto ideado años atrás.

La vía de unión navegable entre los dos océanos que rodean América le costó 387 millones de dólares y más de 56.000 personas de varias nacionalidades trabajaron en sus obras.

Entre 1906 y 1908 fueron contratados unos 8.298 trabajadores procedentes de España. Los obreros españoles constituyeron un 18,39% del total, el segundo grupo numérico por detrás de los trabajadores antillanos. Aunque las cifras no son exactas, todos los estudios de la materia afirman que la mayoría eran gallegos. Los primeros llegaron de Cuba a finales de 1905, pero el grueso de trabajadores europeos fueron reclutados desde sus países de origen y embarcados desde el puerto de Vigo. A partir de 1908 los datos se vuelven menos precisos. España prohíbe temporalmente la emigración al Istmo, pero la salida clandestina fue inevitable hacia un lugar donde seguía habiendo trabajo.

El 15 de agosto de 1914 el barco de vapor Ancón, de bandera panameña, realizó por primera vez el trayecto de 82 kilómetros que separan el Atlántico y el Pacífico, en nueve horas y media a través del Canal. Su infraestructura se basa en un sistema de esclusas que permiten vencer los desniveles, elevando o descendiendo a los navíos que se encuentran en ellas. Desde su construcción hasta los años noventa, Estados Unidos mantuvo su control en la Administración del tránsito, pero en 1999 transfirió finalmente la vía a Panamá. Desde entonces, la Autoridad del Canal de Panamá se encarga de la gestión, administración y mantenimiento de la vía.

Necesidad de ampliar

Diseñada a principios del siglo XX para barcos de 267 metros de eslora y 28 metros de manga como máximo ?que recibieron el nombre de Panamax?, la gran obra de infraestructura mundial pronto se quedó pequeña con la aparición de naves de mayores dimensiones, los conocidos como «post-Panamax». La necesidad de esta tercera esclusa despertó ya en 1939, pero la Segunda Guerra Mundial frenó el proyecto. En 1993, un estudio conjunto entre Estados Unidos, Panamá y Japón recomendó la ampliación y seis años después se anunció el proyecto.

Las nuevas esclusas, un juego en el Atlántico y otro en el Pacífico, estarán formadas por tres escalones cada una, 427 metros de largo, 55 de ancho y 18,3 de profundidad; se construirán piscinas laterales para ahorrar cerca de la mitad del agua que usen, pues el sistema se abastece de la lluvia. La obra requerirá además la construcción de tres presas. Todo el proyecto está ideado para durar por lo menos cien años y supondrá una inversión de 5.250 millones de dólares. El grupo liderado por Sacyr tiene cinco años de plazo para culminar las obras. Su proyecto resultó ganador al obtener la mejor puntuación técnica y el precio base más bajo.