«Galicia es una madre ingrata, siempre nos deja marchar y nosotros suspiramos por ella»

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Un matrimonio gallego, María Jesús Rodríguez y Antonio Aldegunde, lleva cinco meses residiendo en Nairobi.

22 abr 2009 . Actualizado a las 11:10 h.

La vida de María Jesús Rodríguez y su marido Antonio Aldegunde es una emigración contínua. En 1974 se trasladaron a Bilbao. Después dieron un salto mayor y en 1980, dos años después de casarse y ya con dos hijos, se establecieron en México. El trabajo de él, ingeniero originario de la zona de Santiago, ha motivado los contínuos cambios de residencia a lo largo de su vida. En el país centroamericano se encargó de la formación del personal para construir una central nuclear en Laguna verde, Veracruz y aquel fue uno de los hogares más lejanos que tuvieron. Después le siguió Madrid, donde vivieron seis meses, Villarejo de Salvanés (Madrid), Extremadura (19 años), Don Benito (Badajoz) y Trujillo (en la provincia de Cáceres), Ayora (Valencia) y de regreso a Galicia, cuando se establecieron en Ferrol. Hace seis meses se embarcaron en el destino más diferente de todos los anteriores, en el continente africano, donde estarán por lo menos hasta junio. En Kenia, Antonio está trabajando en la construcción de una planta de energía eléctrica.

De todos los lugares tienen recuerdos, aunque María Jesús, que nació en Vigo y se crió en en Baiona, destaca que su «mundo es su casa y el resto son circunstancias», una filosofía de vida que les ha ayudado a hacer más llevadera la situación.

A Nairobi llegaron sin saber mucho del país. Allí se relacionan principalmente con otros emigrantes españoles y latinoamericanos, entre ellos otro gallego. Los fines de semana aprovechan para visitar el país, safaris y otras zonas emblemáticas de una región muy diferente de la que proceden. Su relación con los keniatas no es muy profunda, «son respetuosos, callados, sonrientes y serviciales, también nosotros lo somos con ellos», explican.

Además de lejano, este último destino ha costado algo más que los anteriores al matrimonio Aldegunde-Rodríguez. Hasta ahora, siempre les habían acompañado sus hijas, «pero esta vez no pudo ser por su trabajo y estudios». Sin embargo, intentan volver a Galicia siempre que pueden; su próxima visita será en mayo. Tampoco descartan instalarse en la comunidad en un futuro; aseguran que su estancia en Nairobi depende del trabajo y no piensan estar más tiempo del necesario. Y «nunca nos costó nada volver a Galicia». Sin embargo, la experiencia les confirma un pensamiento que María Jesús recuerda a menudo: «Galicia es una madre ingrata, siempre nos deja marchar y nosotros suspiramos por ella».