El guardián del Pórtico de la Gloria londinense

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Un joven vigués trabaja desde hace cinco años en el prestigioso Victoria and Albert Museum de la capital británica.

18 jun 2008 . Actualizado a las 19:51 h.

El Victoria and Albert Museum de Londres cuenta con una reproducción de hace 150 años del Pórtico de la Gloria en escayola. Forma parte de una de sus secciones, Cast Courts, una de las colecciones históricas de vaciado en escayola más importantes del mundo. Pero no son las únicas referencias gallegas que alberga este centro, considerado el museo más grande del mundo dedicado a las artes decorativas: de las paredes de su departamento de Conservación cuelgan «fotos de pulpeiras, vacas rubias, el mar gallego...». Están allí porque a Víctor Hugo López Borges, un joven vigués que trabaja como conservador de escultura desde hace más de cinco años, le gusta tener cerca sus orígenes.

La carrera profesional de Víctor Hugo se inició en 1997, año el que terminó sus estudios en la Escola Superior de Restauración e Conservación de Bens Culturais de Galicia, en Pontevedra. Después de trabajar en distintos proyectos de restauración en Galicia y en Espña, en 1999 decidió hacer las maletas por primera vez. Tras pasar por Estados Unidos, su idea era intentar hacerse un hueco en París; pero pasó antes por Londres y allí sigue casi nueve años después. «Fui muy afortunado porque empecé a trabajar para Plowden & Smith», una de las empresas británicas claves en el campo de la conservación: y realizó trabajos para firmas, como las casas de subastas Christie's y Sotheby's. Esta experiencia le dio las tablas suficientes para iniciar una etapa de autónomo, en la que recorrió todo el país trabajando «en distintos proyectos de conservación de pinturas murales de la época medieval», que le llevaron por diferentes iglesias y pueblos.

Desde hace cinco años y medio es senior sculpture conservator en el departamento de Conservación del V&A. El centro cuenta con una colección de escultura reconocida a nivel mundial, sobre todo en arte medieval y renacentista. Su trabajo diario se centra en el cuidado y tratamiento de estas obras de arte, la coordinación de exposiciones temporales y permanentes, siempre desde el punto de vista de la conservación, y también ha tenido ocasión de tratar obras de origen español, como «fragmentos de yeserías hispano-musulmanas de Granada, o relicarios de azabache de origen gallego».

Tras más de cinco años en este puesto, ya se siente un londinense más; pero no olvida sus raíces gallegas: «Echo de menos a mi familia y amigos, claro, pero también el mar y paisajes, ese olor a maruxia de las mañanas de Vigo, hablar más en gallego y el no poder ir a mi aldea (Cequeliños)».

La morriña del idioma la intenta superar con una compañera de trabajo que es francesa de nacimiento pero con orígenes portugueses: «¡Ella me habla en portugués y yo a ella en gallego!». Es un ejemplo de la multiculturalidad de Londres, algo que Víctor Hugo valora: «Acabas haciendo amigos de los cinco continentes, de todas las razas y credos», aunque de vez en cuando le gusta relajarse y hablar en español. Y también «ir al bar Galicia, en Portobello Road y ¡Tomar unos buenos pimientos de Padrón!».

Según asegura, en la capital británica hay una comunidad muy grande de españoles «muy jóvenes, muy bien preparados y en puestos relevantes»: médicos, arquitectos, economistas, bailarines ... Y también especialistas en Arte. En la conservación de obras hay una representación de expertos españoles «en entidades de gran relevancia como The British Museum, The British Library o The National Maritime Museum». Entre todos han creado un grupo informal de conservadores hispanos que coordina Víctor Hugo y que se reúne una vez al mes para hablar de sus proyectos y organizar talleres y visitas culturales, todo en español.