Los gallegos del Reino Unido ante la desescalada: «Esto es un despiporre»

Narran las colas «de locos» en las tiendas o que hay quien cogió vacaciones para pasar unos días de pub en pub tras el confinamiento vivido

El 12 de abril de 2021 fue una fecha significativa en el Reino Unido. El país reabría tiendas no esenciales, pubs y peluquerías y los estudiantes regresaban a los colegios y demás centros de enseñanza tras las vacaciones y una especie de segundo confinamiento por la pandemia. Volvían, pues, a cierta normalidad debido a la mejora de la situación epidemiológica y a su rápido proceso de vacunación, con más de diez millones de personas que ya tienen la pauta completa y acariciando en breve los 40 millones de personas con una dosis puesta. Y, aunque para viajar al extranjero tendrán que esperar a mediados de mayo, los ingleses han tomado las tiendas o los pubs tras tres meses sin poder hacerlo. Lo cuentan desde allí algunos de los gallegos residentes en el Reino Unido, que recuerdan que Inglaterra nunca fue como España y «los confinamientos no se llevaron tan estrictamente porque, entre otras cosas, en este país hay una concepción muy marcada de las libertades individuales».

Miguel Osa, de Cee

«Ves a la gente con muchas ganas de salir y gastar. Aquí la primavera es gloriosa por el tiempo». Miguel Osa (Cee, 1984) es uno de esos gallegos que llevan años recorriendo el mundo. Trabajó en distintos países, como Marruecos y Polonia. Y desde el 2013, vive en el Reino Unido, hasta donde le llevó su trabajo en el sector eólico. Reside en Royal Leamington Spa, en el condado de Shakespeare. Desde allí, cuenta que la desescalada se ha notado sobremanera, que se percibe que los ciudadanos tienen ganas de salir: «Los ingleses son especiales para todo esto, las reglas se toman siempre un poco a la torera, y ahora mismo hay muchas ganas de salir. Me está tardando oler las primeras barbacoas, porque aquí casi todo el mundo tiene jardines y las primaveras son gloriosas por el tiempo. Empieza la época fuerte de asar fuera», indica.

Fernando Suárez, de A Coruña

«Hay gente que se cogió días para lo que aquí llaman el pub crawl, es decir, ir de pub en pub». Fernando Suárez, de 45 años y natural de A Coruña, lleva casi media vida en Londres, donde trabaja para una agencia que, a su vez, depende de Naciones Unidas. Tiene bien catada la idiosincrasia del país. Así que no le extraña que, conforme empezó la desescalada y reabrieron bares y tiendas, los ciudadanos se lanzasen a las mismas: «Esto es un despiporre, la gente se confió con las vacunas. Esto tampoco nunca fue como España, aquí no había control policial para que no salieses de casa en los confinamientos ni nada. Y ahora la gente se lanzó. Hay quien cogió días para hacer eso del pub crawl, el ir de bar en bar». Él, de 45 años, recibió la primera dosis de la vacuna.

Alcira Parga, de Ribeira

«Trabajo en una tienda y los dos primeros días de reapertura fueron de locos». Alcira Parga, natural de Ribeira y de 39 años, vive en la ciudad inglesa de Exeter con su marido y su hijo. Trabaja en una tienda de una conocida cadena americana desde hace años. Estuvo en ERTE desde Navidad por el segundo confinamiento y, ahora, tras reabrir, indica: «Los primeros días era una locura, había unas colas tremendas, la gente tenía muchísimas ganas de comprar», dice. Señala también que ella todavía no fue de bares ni cambió mucho de vida tras la desescalada porque el covid le sigue dando mucho respeto: «Tengo asma y no quiero exponerme más de lo que sea estrictamente necesario».

 

David Carril, de Camariñas

«Cambiei totalmente de vida coa pandemia, xa non toco a gaita para os turistas». David Carril, de 40 años y natural de Camariñas, es ese gallego al que miles de personas conocen porque tocaba la gaita en sitios tan emblemáticos de Londres como el puente de Westminster. Intentó seguir con su música el pasado verano, con la pandemia ya encima. Pero no le compensaba: «Ao non vir os turistas, non pagaba a pena», dice. Buscó empleos y, tras pasar por la limpieza de un hospital, topó un trabajo con el que está encantado. Es conserje en un colegio. Y así ve las cosas: «Hai bastante xente vacinada, eu tamén o estou porque traballaba nun hospital e, claro, tocábame. A ver como vai agora a desescalada, e como é o tema de viaxar», indica.

Laura Rodríguez, de A Coruña

«Mi pareja y yo nos infectamos en el colegio, hasta finales de febrero no era obligatorio llevar mascarilla». Laura Rodríguez, de A Coruña, vive en la ciudad inglesa de Portsmouth, donde trabaja como profesora de secundaria en un centro público. Explica que ella y su pareja, que también es docente, se infectaron de covid en la escuela. Señala también que una de las consecuencias sociales más graves de la pandemia en el Reino Unido fue la interrupción, en dos ocasiones, del colegio. «La alteración educativa fue importante», indica. Planea viajar a España en junio. Y espera que, para entonces, esté vacunada. A su pareja, profesor de primaria, ya le ofrecieron ponerse la primera dosis.

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