«Llevo dos años sin ver a mi familia»: la nueva vida de los gallegos por Europa

Están a pocas horas en avión, pero el covid les mantiene lejos de Galicia. Así están viviendo la pandemia

Estábamos acostumbrados a que el mundo fuese un pañuelo. Pero el covid ha entendido que más bien es un Kleenex y, como tal, lo ha partido en trocitos, levantando fronteras antes inexistentes y alejando de Galicia a quienes antes estaban a pocas horas en avión. No es la emigración de nuestros abuelos, aquella a la que se iban en barco y tardaban décadas en volver, si es que algún día lo hacían. Pero tampoco están las cosas como en 2019, cuando muchos de los gallegos, sobre todo jóvenes, que se marchaban a Europa buscando mejores condiciones laborales viajaban de forma continua a su tierra. Ahora, muchos apenas lo hacen, bien por responsabilidad bien por estar pendientes de restricciones, PCR negativas o cuarentenas obligatorias. Siguen estando en Europa. Pero el covid-19, sin duda, ha levantado un telón entre ellos y sus familias. Así lo viven.

Noruega

Elías y los nietos que echan de menos a los abuelos

Elías Conde, natural de Moraña y residente en Noruega, con uno de sus hijos
Elías Conde, natural de Moraña y residente en Noruega, con uno de sus hijos

Elías Conde, de Moraña, vive en Stavanger, capital noruega del petróleo, en el sudoeste del país. Trabaja en la universidad pública, es padre de tres hijos y elogia la gestión de la pandemia que hace Noruega: «Me parece que aquí se hacen las cosas bien. Tienen muchísima sensibilidad con todo lo relacionado con los niños. Se preocupan de que hagan deporte pese a la pandemia, si tienen que hacer cuarentena te dan todas las facilidades para conciliar. Y no llevan mascarilla en el colegio. Se relacionan con los llamados amigos covid, una burbuja con la que siempre solemos estar», explica. Está relativamente contento. Pero le falta algo: «Echo de menos a la familia, hace ya casi dos años que no veo a mis padres, mis abuelos, mis hermanos... cuando fuimos mi hijo pequeño gateaba y ahora habla... Pero no queremos correr riesgos. Tenemos billetes para julio... no sé si podremos ir», explica.

Irlanda

El odontólogo Gonzalo que solo tiene un perímetro de cinco kilómetros para moverse

 

Gonzalo Lagarón, en Irlanda, donde trabaja como odontólogo
Gonzalo Lagarón, en Irlanda, donde trabaja como odontólogo

Gonzalo Lagarón, de 30 años y natural de Vilagarcía, se fue hace más de dos años a Irlanda para trabajar como odontólogo. Le cogió la pandemia en Drogheda, el lugar al norte de Dublín donde vive. Solo dejó de trabajar dos meses y, dado que está muy expuesto al virus, su vida consiste en ir de casa al trabajo y viceversa. «Como mucho, vi a algún amigo en el jardín de mi casa», cuenta. No acaba de creerse que lleve desde diciembre del 2019 sin estar con su familia: «Es duro, pero mis padres son sanitarios también y no nos arriesgamos. Ya me pusieron la primera dosis de la vacuna, esperaré a estar inmunizado para ir», indica. Cuenta Gonzalo que desde su casa ve el mar, pero no puede disfrutarlo: «Tengo un perímetro de cinco kilómetros y no puedo salir más allá de él. Trato de cumplir todas las normas, ni siquiera voy a cortar el pelo», enfatiza.

Reino Unido

«Quería ir a preparar la boda, pero de momento nada»: la ilusión frustrada de Montse

 

Montse Colomer, de Ribeira, con su pareja, Mpho, en el Reino Unido
Montse Colomer, de Ribeira, con su pareja, Mpho, en el Reino Unido

Montse Colomer, de Ribeira, vive en Eastbourne. Estuvo en Galicia en diciembre. Y quería volver a volar pronto a su tierra junto a Mpho, su pareja. Pero, de momento, no puede hacerlo: «Nos casamos el año que viene en Galicia y queríamos ir a preparar un poco todo, pero por ahora no se puede. No habíamos sacado billetes aún porque aprendimos del año pasado, cuando tuvimos que pelear para que nos los reembolsaran al no poder viajar».

Laura, de Santiago, e Iago, de Ferrol, que viven en el Reino Unido
Laura, de Santiago, e Iago, de Ferrol, que viven en el Reino Unido

Desde el Reino Unido cuenta también su historia Laura Míguez, que es natural de Santiago y vive en Sheffield. Ella, operadora de vídeo y su pareja, Iago Castro, de Ferrol y del gremio hostelero, hace casi un año que no ven a sus familias. Ante la incertidumbre del inicio de la pandemia, viajaron a Galicia y pasaron aquí el primer confinamiento. Cuando se relajaron las medidas, en junio, volvieron a Inglaterra. Y se toparon con un nuevo confinamiento: «Aquí el encierro no es tan estricto, pero son muchos meses y cansa», explica. Laura teme que cuando puedan regresar a España los billetes sean caros: «Los británicos veranean ahí, van a ponerse los precios por las nubes», remacha.

alemania

Adrián y su temor lo que pase en Pascua

Adrián Vázquez, junto a la sede de la multinacional de ropa deportiva en la que trabaja en Núremberg
Adrián Vázquez, junto a la sede de la multinacional de ropa deportiva en la que trabaja en Núremberg

Adrián Vázquez, de A Coruña, vive en Núremberg, donde trabaja como ingeniero para una multinacional de ropa deportiva. Estuvo en Galicia en diciembre. Señala que sigue de cerca la evolución de los contagios en el país germano y que está preocupado por lo que pueda pasar en Pascua, «porque aquí es una fiesta muy típica». Echa de menos a los suyos y combate la morriña trabajando duro. Adrián es uno de los gallegos que mejor narró, en vídeos y crónicas, la diferencia entre la vida en pandemia en Alemania y España

Polonia

Xandre y su teletrabajo

Xandre Serantes, de Vilagarcía, en Polonia, donde reside y trabaja
Xandre Serantes, de Vilagarcía, en Polonia, donde reside y trabaja

Xandre Serantes, de Vilagarcía, vive en Varsovia, donde trabaja como investigador en el Centro Nacional de Investigación Nuclear de Polonia. Pero cuando se le pregunta por cómo se vive la pandemia en este país tira de sinceridad: «Non sei se son unha referencia, teletraballo en Varsovia, pero é como se non estivera aquí, non saio da caixa. Baixo á compra e pouco máis, podería estar teletraballando noutro sitio, pero non se me permite facelo dende Vilagarcía, así que aquí sigo». Pasó el primer confinamiento solo y lo vivió con incertidumbre. Espera volver a Galicia en octubre. Mientras, toca resistir.

Italia

La ilusión veraniega de una pontevedresa amante del yoga

Irene Otero, que es natural de Pontevedra, en Florencia
Irene Otero, que es natural de Pontevedra, en Florencia

Irene Otero es una trotamundos. Se marchó de Pontevedra con 18 años y vivió en distintos lugares. Desde el 2015, lo hace en Florencia, donde está pasando la pandemia y donde estuvo haciendo un doctorado de Derecho Europeo y trabajando también en la universidad. Sabe que el covid-19 lo ha puesto difícil para desplazarse. Pero acaba de dejar el trabajo y su objetivo es moverse: «Sigo con la ilusión de ir este verano a viajar por Asia e incluso de vivir allí. Me gusta el clima y estoy muy interesada en el yoga, quiero profundizar mi conocimiento en ese campo», sostiene. Viajó a Galicia en el verano de 2020. De no ser por la pandemia vendría con más frecuencia. «Ojalá en verano podamos volver a juntarnos. Mi hermana vive en Malta y nos gustaría coincidir», señala desde Florencia.

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