«Sigo mandando currículos a España»

a.g. VILAGARCÍA / LA VOZ

REINO UNIDO

Damián Pereira decidió hace dieciséis meses hacer las maletas y marcharse a Inglaterra en busca de una vuelta a su vida

02 feb 2017 . Actualizado a las 11:05 h.

Damián estrenaba ayer trabajo en Londres. Hace dieciséis meses decidió hacer las maletas y marcharse a Inglaterra en busca de darle una vuelta a su vida. No parece insatisfecho con sus situación, aunque advierte que no es oro todo lo que reluce. La devaluación de la libra tras el brexit ha sido un palo importante. Un sueldo mensual que podía rondar los 1.400 euros al cambio se ha quedado ahora en alrededor de un millar.

Este periodista vilagarciano aterrizó en un principio en el norte de Inglaterra. La zona más industrial y donde ya encontró trabajo el primer día que llegó. Asegura que no es complicado pero lanza una recomendación indispensable para todos aquellos que quieran imitar su ejemplo: «Hay que tener un domicilio, el número de la seguridad social inglesa, una cuenta bancaria y un teléfono también de aquí», explica. Los empleos que ha encontrado hasta ahora no son de lo suyo, pero asegura que no falta donde trabajar. Y lanza un piropo a los jefes que se ha encontrado hasta ahora: «Ninguno me ha gritado ni me ha faltado al respeto», afirma. Eso sí, se cumple el horario a rajatabla. «Si haces un break de media hora o de una hora para almorzar no te lo pagan. Si trabajas cinco días en una semana, cobras cinco días», apunta y subraya que, pese a todo, el salario mínimo es superior. Pese a todo no pierde la esperanza de poder volver. «Sigo mandando currículos a España», dice.

Ahora está en la capital y allí el día a día se hace un poco más cuesta arriba. El precio del alojamiento se ha duplicado y Damián calcula que habrá de añadir 120 libras más en los gastos de desplazamiento hacia el lugar de trabajo. Más del 60% de su salario se irán en esos dos conceptos pero, a cambio, afirma que la comida o la ropa son más baratas que en España. «Aquí la vida es muy excitante. Las cosas cambian continuamente», concluye.