Un grupo de gallegos residentes en Reino Unido observan con incertidumbre el proceso de salida de la Unión Europea
19 dic 2016 . Actualizado a las 09:43 h.Los más veteranos de la comunidad gallega en Londres creen que el Gobierno de Theresa May optará por regresar a las políticas que se encontraron cuando llegaron a la isla en los años 60, que limitaban su entrada y movimientos. «Se va a volver al permiso de trabajo y a rellenar un formulario con tu experiencia», comenta Antonio Suárez Paz, quien lleva 40 años trabajando como cocinero en la capital británica. Natural de Laxe, siempre se ha movido por Notting Hill. Cree que los ingleses son los primeros perjudicados con la victoria del brexit, pues ya sufren la subida de precios de algunos productos y la caída de la libra.
«Veo muchos más actos racistas, el otro día estaban hablando de un pakistaní, casado con una gallega, al que pegaron porque simplemente iba hablando en español», cuenta Suárez. Ese caso no es aislado. La policía británica ha registrado un aumento del 49 % en los incidentes racistas en julio, en comparación con el mismo mes del año anterior.
A su lado está Victoria Trillo, nacida en Camariñas. Llegó a Londres con apenas 14 años en 1974 y su diagnóstico de la situación es claro, los británicos votaron a favor del brexit porque se cabrearon por la llegada de inmigrantes que pide ayudas, pero el problema no es con los españoles. «Ellos saben perfectamente que nosotros trabajamos y somos bien recibidos», afirma.
Trillo tiene claro que lo que odian en este país es el trabajo en negro y que algunos europeos cobren cinco libras a la hora en mano, rompiendo los precios del mercado. No es su caso, pues trabaja como asistente social y calcula que paga unas 600 libras mensuales de tasas e impuestos. Además, en sus más de 40 años de vida laboral nunca ha estado desempleada, ni ha necesito pedir subsidios.
Manuel Villar, natural de Malpica, trabaja como conductor de bus en Londres, donde la mayoría de sus compañeros son inmigrantes. «No es porque tengamos un mal sueldo, es que los locales no lo quieren hacer este trabajo», explica, mientras añade que Londres también se quedaría sin camareros en las cafeterías y restaurantes si deciden echar a todos los trabajadores europeos.
«Nadie sabe realmente lo que va a pasar, ni siquiera el Gobierno, ni siquiera los que defendían la salida pensaban que iban a ganar. Es difícil de predecir», cuenta. Sentado a su lado está su hija, Mónica, nacida en Londres hace 25 años. «Hay mucha desinformación sobre el tema y la excusa de que los inmigrantes roban los trabajos no me sirve», explica.
María reconoce que ella y su hermano han buscado información para lograr el pasaporte británico, pues ahora solo tienen el español, pero por el momento no pondrán en marcha la solicitud. A los jóvenes gallegos que tienen en mente emigrar al Reino Unido les anima a seguir haciéndolo, ya que cree que los que estén viviendo en suelo británico, con trabajo y buen nivel de inglés, no tendrán problema para seguir haciéndolo cuando Londres decida activar el artículo 50.