Susi Villanueva, la profe que triunfa en YouTube: «Me han dicho que han aprobado por ver mis vídeos el día anterior al examen»

ESPAÑA EMIGRACIÓN

Esta ourensana que reside en Madrid está triunfando con sus vídeos de matemáticas, lengua, física o química en YouTube. Acumula más de un millón de seguidores e incluso ha tenido que renunciar a media jornada en su trabajo en un cole

18 abr 2024 . Actualizado a las 17:27 h.

Cuando por las mañanas se levanta y sabe que tiene que ir al cole siente «vida». Susi no concibe dar clase como un trabajo aunque sea su profesión. El trato con los alumnos le apasiona, ayudarlos en las dificultades le parece «apasionante», pensar qué hacer para motivarlos... «Trabajar delante de un ordenador me aburriría muchísimo», dice esta Susi Villanueva, una docente gallega que triunfa en YouTube, donde tiene más de un millón de seguidores. Cuando terminó la carrera, mientras se formaba en inglés —requisito indispensable hoy en día— empezó a dar clases particulares, una tarea en la que se estrenó con 15 años. «A veces los alumnos me escribían por la noche el día antes del examen con alguna duda que les surgía repasando, y yo les resolvía por WhatsApp con fotos, y mi marido a mi al lado. Un día hablando con él pensamos en por qué no generar un contenido al que pudieran acceder los alumnos, y que de paso yo pudiera utilizar también en mis clases particulares, y además hacerlo como un proyecto propio y público», asegura. En enero del 2017 empezó a hacer vídeos (de lengua, matemáticas, física y química), un proyecto que ha ido creciendo hasta tal punto que este año ha tenido que pedir la media jornada en su trabajo presencial. 

—¿Cuándo te das cuenta de que esto ha sido un bum?

—Fui muy consciente cuando antes de la pandemia ya me empezaron a parar por la calle en Madrid, a los dos años o así de haber empezado. Era algo que yo ni siquiera había comentado entre familiares ni amigos, muy mío, también de cara a mi currículo, así que que me pararan fue un punto de inflexión, de ver hasta dónde podía llegar esto. También me sorprendió saber que los vídeos se estaban viendo en la otra parte del mundo. Ahora lo vemos como algo muy natural, también porque la pandemia ha hecho un cambio en nuestra mentalidad, pero en ese momento no era así. Me comentaban desde Perú, me veían desde México, o me escribía una abuela desde Chile porque estaba ayudando a su nieto con los deberes. Ahí me empecé a darme cuenta de que era algo más que un simple proyecto que iba a ayudar en las clases particulares.

 —¿Con qué criterio eliges los vídeos?

—Según voy viendo qué están dando o con los comentarios que me van dejando, eso también me da mucho feedback de lo que van necesitando. Ahora mismo tengo casi 700 vídeos, cada vez me va costando más, pero no he llegado al punto de que se me hayan agotado las ideas. ¿Que llegaré? No lo sé.

 —¿Vas tirando hacia donde crees que puede haber más problemas?

—Claro, el haber estado tantos años dando clases particulares, llevo desde los 15, me han dado el bagaje que tengo hoy. Y el tratar con niños con dificultades me ha dado mucha luz, también en cuidar el lenguaje, en conectar con ellos... La profesora que soy, hoy más que la que ha pasado por la Universidad, es por todos los alumnos con dificultades que han pasado por mí.

 —¿Qué contacto tienes con los alumnos?

—Solo cuando ellos me escriben. Si no me contactan, yo no consigo contactar con ellos. Y luego los directos de YouTube, que en el último año es cuando más los he explotado, me han dado una cercanía a la comunidad bestial, que he agradecido un montón. E incluso tengo alumnos fijos que ya conozco sus nombres o sus trayectorias, si han aprobado, si no... No llega a ser tan cercano como si fuera presencial, porque no deja de ser un directo y no sabes lo que ocurre detrás de la pantalla, pero hay un feedback más importante que simplemente un vídeo que está ahí.

 —¿Directos?

—Sí, hago sesiones de estudio los domingos por la tarde, donde yo estudio con ellos a través de YouTube. Utilizo la técnica Pomodoro, que está muy de moda últimamente, que consiste en estudiar 25 minutos y descansar 5. Así que les digo: «Esta tarde vamos a estudiar dos horas, es decir, cuatro bloques de estudio, así que haced una lista con lo que vais a estudiar en cada uno». Y yo mientras hago mis cosas, pero en directo. Y como me ven a mí hacerlo, ya solo por eso, muchos se enganchan, el que quiera lo aprovecha. Me han parado padres por la calle para agradecerme que sus hijos se pongan a estudiar. Y los lunes, son directos explicativos, me centro en un tema que decidimos entre todos la semana anterior, hay un chat y me pueden ir haciendo preguntas.

 —¿Cuál es el vídeo que más te ha funcionado?

—Es verdad que hay vídeos que tienen más años y que acumulan más visitas, pero, en general, lo que les suele costar a los alumnos. Por ejemplo, álgebra, cuando juntas letras y números les cuesta un montón. O cuando he empezado con lengua, que me he centrado en la sintaxis, yo no lo sabía, pero había una necesidad bestial, porque ha funcionado muy bien. Al final, las típicas cosas por las que los alumnos pueden empezar a necesitar clases particulares. Ahora en vez de ir al padre, y este decirles que les paga una clase particular, prueban con los vídeos.

 —¿Crees que son los chavales los que te buscan mientras hacen los deberes o son padres que no saben cómo explicar algo a sus hijos?

—De todo, como me han parado por la calle y me lo han dicho, algunos incluso me reconocen: «Estudiando el día antes, he aprobado el examen —también tengo a los que no—, tenía que haber empezado antes porque lo he entendido a la primera». Veo que hay alumnos que por sí solos se las apañan, también tengo padres que los ven con ellos y otros agradecidos porque así pueden ayudar a sus hijos, porque eran contenidos que no recordaban y así han refrescado. Una de las cosas que más me ha puesto los pelos de punta, y que no hubiera imaginado, es que han ayudado a muchas personas sordas porque están subtitulados. O con niños que tienen una enfermedad o a un cáncer que tienen un tratamiento bastante largo, y se pierden muchas clases, y ellos y sus padres me han agradecido que hayan podido seguir el curso a pesar de haber faltado tanto.

 —Me quedo con esa frase «lo he entendido a la primera». ¿Cuál es la clave del éxito?

—Me lo han preguntado muchas veces, incluso yo misma me he hecho la misma pregunta: «¿Qué hago de novedoso?». Porque realmente no es para tanto, es una profesora explicando en una pizarra, todo muy normal, que no tienen efectos especiales ni nada... Yo, sobre todo por los comentarios que me van llegando, digo: «Pues será verdad». No te puedo decir es esto. Pero por lo que me han comentado tengo varias pistas: me dicen que en poco tiempo (tengo vídeos cortos y largos) está sintetizado el contenido y te enteras de todo; que los ejemplos son muy claros... A ver, me los trabajo un montón, voy de menos a más, en cada uno meto una dificultad distinta, pero creo que como cualquier profesor haría...

 —Quizás eso es lo que queremos pensar.

—Sí, por eso a lo mejor doy por hecho que otros hacen, y no hacen. También me han dicho que cuando explico no doy por hecho que saben hacer nada. Por ejemplo, los factores de conversión, cambiar de unidades, lo repito otra vez. Todo lo que hago digo de dónde viene, por qué, qué hay que saber para llegar a ese punto... y dicen que les ayuda mucho. La fórmula magistral no la sé, porque hasta yo creo que tengo mucha dificultad para expresarme, me cuesta mucho sacar la palabra exacta. Y pienso: «Con la dificultad que yo siento para hablar, en la docencia que te tienes que explicar... Como que engancho».

 —No te quito mérito, pero no es lo mismo estar en clase que en casa.

—Eso por supuesto. Yo siempre digo que no he venido a suplir al profesor presencial, ese siempre tiene que estar, y por esa razón yo sigo trabajando, otra cosa es que el alumno que tiene 6-8 asignaturas en el día, que si le toca a las 9 de la mañana, o ha tenido un problema ese día, o está tonteando con no sé quién... y por mucho que haga el profesor, por muy molón que sea, no se puede rebobinar ni repetir la clase, o lo aprovechas o lo pierdes. Además de otros factores, a veces hay 30, incluso 40 alumnos por clase, tantas cosas que influyen, un ambiente tan cambiante, a veces ruidoso, compañeros que molestan..., tantas cosas que influyen en el día a día. Yo misma que doy clase en ambos ámbitos, no soy la misma profesora en mi clase con mis 30 alumnos que en YouTube.

 —¿Eres partidaria de que los padres hagan los deberes con los hijos?

—Hacer los deberes no, pero si en un momento puntual el chaval tiene una duda, lo ideal sería que el padre pudiera sentarse con ellos. Lo digo porque los padres no están en casa, es lo triste de la juventud de hoy en día, y si están, no están, están ausentes... Y te digo por desgracia. Con esto no estoy juzgando, que igual a mí me pasa en algún momento, solo quiero decir que los que están, igual están agotados por el trabajo, cuesta mucho la entrega... Hay muchos jóvenes solos. También hay muchos padres separados, y muchos chavales que están a su bola. Y el chaval que no tiene la oportunidad de tener a su padre, se busca la vida... Y ve que no solo tiene las enciclopedias para consultar, sino que tiene la oportunidad de escuchar a un segundo profesor, a un tercero, a un quinto... Y en un formato al que están más acostumbrados, que pueden parar, comentar, tienen tantas ventajas... También está el padre que se sienta, y quiere demostrarle a su hijo que él sabe, hacen un esfuerzo por lucirse, eso me gusta mucho.