Miguel Méndez: «Mi forma de ser es muy de pueblo»

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Con 12 títulos a sus espaldas, el vigués es el primer técnico español que ha podido asentarse en el baloncesto italiano

02 ene 2017 . Actualizado a las 10:50 h.

Doce títulos contemplan a Miguel Martínez Méndez (Vigo, 1967), el primer técnico español que ha conseguido asentarse en el baloncesto italiano. Ya vive su tercera temporada en el Schio, un club de una pequeña localidad al norte que se ha convertido en uno de los grandes del baloncesto femenino en Italia. Lo hace coleccionando éxitos pero sin olvidarse de sus raíces.

-¿Qué ha cambiado con respecto al Miguel Méndez de los tiempos del Celta femenino?

-En la base no ha cambiado nada, pero cada vivencia que tienes te enriquece. La experiencia que te dan tantos partidos jugados, tantos entrenamientos y tanto trabajo de gestión que se dice ahora en vestuario con jugadoras jóvenes y veteranas. Todo esto te enriquece, te ayuda y te enseña, y te hace cambiar, pero los valores y lo que eres como persona y entrenador están ahí siempre.

-¿En tanto viaje por Europa que más le ha impactado?

-Los viajes de Euroliga suelen ser largos y estás dos o tres días en cada sitio y te mezclas con la gente. En países como Turquía ves muchas diferencias o en otros compruebas que no puedes salir a dar un paseo por el clima tan duro. Cada país es muy diferente, todo lo contrario que Italia que es un país muy cercano, su forma de ser es como la nuestra.

-Y usted vive en un sitio de lo más tranquilo.

-Estoy al norte y es como el norte de España. Es una ciudad pequeña en donde todo se vive tranquilo, algo muy bueno para mí porque mi forma de ser es muy de pueblo, muy de barrio y cuanto más pequeño sea el barrio mejor.

-¿Se siente un emigrante?

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-No suelo hacer muchas bromas con esto porque me considero un privilegiado. Salí de España porque se dio la opción y aunque fue en un momento de crisis, creo que de otra manera se daría igual. Ahora que hay tanta gente que tiene que salir a buscarse las habichuelas no me veo yo en ese caso, sino que he tenido la gran suerte de acceder a una liga importante. En Italia solo hubo un caso de un entrenador español, Antonio Díaz Miguel, que apenas duró unos meses en Cantú.

-¿En su deporte los técnicos están encasillados en baloncesto de hombres y de mujeres?

-Absolutamente. El baloncesto femenino es un deporte con respecto al masculino menor y a los técnicos que trabajamos en femenino nos cuesta mucho movernos de ese encasillamiento y seguramente sería difícil alternar. No hay muchos casos, quizás el ejemplo más claro y cercano lo tenemos en Cholas, que estuvo en los dos y pasó de uno a otro con cierto éxito, pero es muy complicado.

-¿Se ve entrenando algún día en el básket masculino?

-Estoy abierto a cualquier alternativa en mi deporte. Hay muchas facetas de mi vida deportiva que tengo en mente realizar algún día, no sé exactamente el momento. Yo me veo al máximo nivel ahora en categoría femenina porque mi club es uno de los diez más importantes de Europa pero no me importaría trabajar en otras categorías, ya sea masculino o femenino. De momento me quedo con que he disputado finales de Euroliga, he competido por Euroliga y por títulos.

-¿De no ser entrenador que hubiera sido?

-La palabra enseñar es un poco mi bandera y cualquier cosa relacionada con la enseñanza me gustaría.

-¿Se considera futbolero?

-Poco, más bien soy deportista. Soy del Celta y a partir de ahí me da un poco igual. En general soy poco tifossi, veo todos los deportes a 25 pulsaciones, incluso un Barca-Madrid de baloncesto, no tengo esa pasión pero me encanta ver cualquier tipo de deporte.

-¿Y cuando está usted en el banquillo?

-En el banquillo lo vivo de una forma pasional, controlando pero de una forma pasional porque yo creo que el equipo es lo que el entrenador transmite en el entrenamiento, en el vestuario y en el banquillo. En la dirección de partido es importante darle a tu equipo lo que en cada momento necesita.

-¿Es de broncas en el descanso?

-Yo soy de decir las cosas a la cara. En mi caso, con jugadoras muy expertas y veteranas curtidas en mil batallas creo que hay que decirles la verdad.