Una vida de total dedicación a la colectividad gallega de La Habana

emilio forján NEGREIRA / LA VOZ

CUBA

Conchita Suárez Morilla falleció y fue enterrada en el panteón social que la unión Barcalesa posee en el Cementerio de Colón, en capital cubana

13 dic 2016 . Actualizado a las 09:49 h.

La noticia se la comunicaba Manuel Rodríguez Barreiro, actual presidente de la Unión Barcalesa de La Habana -la única sociedad de emigrantes barcaleses en el mundo-, al historiador Amancio Liñares Giraut. Conchita Suárez Morilla, «secretaria perpetua, tan entregada e tan eficiente na xestión da sociedade, ó longo de tantos anos», subraya Liñares, falleció el lunes y fue enterrada ayer en el panteón social que la unión Barcalesa posee en el Cementerio de Colón, en La Habana, donde fueron enterrados muchos de los emigrantes barcaleses «aos que ela axudou a coidar con tanta dedicación», descansando junto a Rolando Pérez Palmero, su marido y presidente de la Barcalesa, fallecido en junio de 2013.

Amancio Liñares subraya la importancia que ambos tuvieron para los emigrantes y descendientes de barcaleses en la capital cubana: «Conchita e Rolando foron dúas referencias esenciais do ser da nosa veciñanza en La Habana, a través da Unión Barcalesa», y añade que tuvieron ocasión de visitarnos en varias ocasiones.

Las raíces gallegas de Conchita Suárez provenían de su padre, de la aldea de Reibó, en la parroquia de Liñaio, y también tenía raíces andaluzas con su segundo apellido, el de Morilla. «Sempre dicía que levaba moi ben esa mestura» recuerda Amancio, a lo cual la propia Conchita creía que debía su «dinamismo» al servicio de la Unión Barcalesa y de otros colectivos de emigrantes en el Centro Galego de La Habana.

Supervivencia

La Unión Barcalesa, sociedad fundada en 1907, debe mucho al matrimonio Rolando Pérez Palmero y Conchita Suárez Morilla, por su constante trabajo al frente de la sociedad desde que en el año 1969 cogiesen las riendas de una entidad que estaba a punto de desaparecer. Desde el año 2010 han sido descendientes de emigrantes barcaleses más jóvenes, como su presidente actual, Manuel Rodríguez, cuya familia es oriunda de A Baña, quienes tomaron el relevo «na preservación da presenza barcalesa na Habana», posibilitando que el legado dejado por Conchita y Rolando durante tantos años de labor, siga adelante. «Vaia tamén unha lembranza solidaria para a súa familia máis próxima: a súa filla Adriana, o seu xenro Noel e, a súa neta Kamila», añade el profesor Amancio Liñares.