De Brasil a Galicia, en busca de sus raíces: «Al llegar a Ferrol me sentí como en casa»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

BRASIL

Mónica quiere localizar a Aída, nieta de su tía Manuela, que salió en una noticia de La Voz en junio del 2020
Mónica quiere localizar a Aída, nieta de su tía Manuela, que salió en una noticia de La Voz en junio del 2020 JOSE PARDO

Mónica Paz Ferraz ha cruzado el océano Atlántico para localizar a sus parientes y, aunque todavía no lo ha logrado, ya tiene un nombre y un recorte de prensa para empezar a tirar del hilo

17 may 2023 . Actualizado a las 10:23 h.

Mónica Paz Ferraz cuenta que se crio escuchando historias de una ciudad pequeña, pegada al mar, rodeada de mucho verde y con un puerto frecuentado por jóvenes ansiosos de echar el anzuelo. La ciudad se llamaba Ferrol. Y uno de aquellos chavales que acudían con la caña a pescar en el muelle de Curuxeiras era su padre, Ramón Paz Díaz, un mecánico de la marina mercante que a finales de los años 50 emigró a Sao Paulo y ya nunca regresó a su tierra natal. «Siempre tuvimos la idea de venir todos juntos de visita, pero nunca encontrábamos el momento. O mi padre tenía que trabajar o no había dinero suficiente y así lo fuimos dejando hasta hoy», relata Mónica.

Ficha consular expedida al padre de Mónica en Brasil, a finales de los años 50
Ficha consular expedida al padre de Mónica en Brasil, a finales de los años 50

Su padre falleció en el 2013, y ahora, cuando se cumplen diez años de su muerte, ella ha podido cumplir aquel sueño de cruzar el Atlántico para reencontrarse con sus raíces. El pasado 7 de mayo voló de Brasil al Reino Unido para reunirse con su cuñada Regina (la hermana de su marido) y la familia de ésta: su marido Adriano, su hija Giuliana, y el novio de la joven, Jake. Y solo cuatro días más tarde, el 11 de mayo, los cinco pusieron rumbo a Ferrol para conocer la ciudad en la que nació el padre de Mónica e intentar localizar a sus parientes.

Dos tías, Mercedes y Manuela

«Mi padre siempre nos hablaba de sus hermanas, Mercedes y Manuela. La primera falleció en el 2005 y la segunda creemos que también murió, porque era mayor que mi padre y él nos dejó en el 2013 a los 81 años», explica Mónica. Con esos pocos datos, los cinco pusieron rumbo al Concello de Ferrol, y de allí se dirigieron a los juzgados, donde confirmaron que Mónica tenía una prima llamada Juana Mari, hija de su tía Manuela, algo que ella ya sabía. Pero también descubrió otra cosa que desconocía y es que Juana Mari tuvo dos hijos: Juan Ángel y Aída.

Buceando por Internet, Mónica y los cuatro familiares que la acompañan en esta aventura no encontraron ni rastro de Juana María ni de Juan Ángel, pero sí de Aída, la nieta de su tía Manuela. Nada más y nada menos que una noticia publicada en La Voz de Galicia en junio del 2020 en la que se narraba el viaje en furgoneta de Aída y su familia, en plena pandemia, desde el Reino Unido a Ferrol. También descubrieron que tenía una cuenta de Facebook. Y que había registrada a su nombre una oficina virtual de alquiler de coches en el Cantón. Pero ninguna de estas pistas dieron sus frutos hasta el momento. 

Mónica, en primer término, rodeada de unos parientes que tiene en el Reino Unido y que la acompañaron en su viaje a Ferrol
Mónica, en primer término, rodeada de unos parientes que tiene en el Reino Unido y que la acompañaron en su viaje a Ferrol JOSE PARDO

«Nadie sabe si sigue en Ferrol ni me pudo dar su número de teléfono, pero tengo su correo electrónico y espero tener de noticias de ella muy pronto», comentaba ilusionada Mónica este lunes por la mañana, pocas horas antes de coger el avión al Reino Unido, desde donde volará de regreso a Brasil el 7 de junio.

Mientras tanto, cruza los dedos para que su familia ferrolana vea esta noticia o consulte el correo electrónico. «En estos días Mónica ha llorado muchísimas veces por la emoción de estar en la tierra de su padre», dice Georgina con cariño hacia su cuñada al final de la entrevista. Y ella, de nuevo conmovida, se despide con toda una declaración de intenciones. «Nada más llegar a Ferrol me sentí como en casa y ya tengo claro que voy a volver. Me ha encantado la ciudad y ha sido muy especial para mí poder pasear por las mismas calles que conoció mi padre. Regresaré... Y ojalá que cuando lo haga sea para conocer a Aída y al resto de la familia».