Muere Francisco Lores, un defensor de los derechos y necesidades de los emigrantes

Carlos Punzón
C. Punzón BUENOS AIRES

ARGENTINA

Era el presidente de la Federación de Asociaciones Gallegas en Argentina

14 sep 2017 . Actualizado a las 23:24 h.

La música de los tangos y la épica con la que los emigrados contaban sus experiencias en Argentina, llevaron a Francisco Lores Mascato a subirse en el puerto de Vigo el 25 de julio de 1952 al vapor Entre Ríos con destino a Buenos Aires. Allí llegó cuando el día que se velaba el cadáver de Evita. Atrás dejó sus 18 años de juventud en su O Grove natal y en el Vigo que comenzaba a crecer para comenzar el que se convertiría en el hilo argumental de la defensa de los derechos y necesidades de la emigración durante las últimas seis décadas. Las presidencias de la Federación de Asociaciones Gallegas de Argentina y del Museo de la Emigración Gallega en el país austral, que ostentó hasta ahora y durante años, remarcan su convicción.

Fallecido en la madrugada del jueves en la capital argentina a los 83 años, la perspectiva vital e ideológica de Paco Lores cambió al llegar al que sería su destino definitivo y entrar en contacto con perfiles de la diáspora como Luis Seoane, Arturo Cuadrado o Lorenzo Varela.

El documentalista Lois Pérez Leira, que eleva a Lores a la condición de «figura clave de la emigración gallega», da cuenta del primer trabajo del conocido como «comandante» como mecánico en los astilleros de la marina.

La lucha contra la dictadura de Franco le llevó a afiliarse al Partido Comunista de España, pero su decantación por el maoísmo le acarrea su expulsión, optando entonces por una opción nacionalista que le llevó a fundar la UPG en Argentina.

Trabó una notable amistad con Xosé Manuel Beiras, pero el apoyo del BNG al recorte del derecho al voto de la emigración acabó por apartarlo de sus siglas.

Convertido en todo caso en exponente en defensa de la emigración en su país de acogida, reconocida es su apelación directa a Felipe González como presidente del Gobierno en una cumbre Iberoamericana celebrada en Bariloche en 1995. Le describió al mandatario español el estado de indigencia de gran parte de la colonia anciana de la emigración española, reclamando para paliarlo la concesión de pensiones no contributivas. En la misma cita reclamó al rey Juan Carlos que intercediese ante los empresarios españoles para que no subiesen a los necesitados las tarifas de los servicios que lograban adjudicarse en Argentina.

Francisco Lores reposará en el cementerio de La Chacarita, el camposanto donde su admirado Gardel está enterrado.