El uso más insólito de la foto más emblemática de la emigración

Olga Suárez Chamorro
Olga Suárez REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Alejandro LópezPedro A. López

Dos gallegos, sorprendidos en la localidad riojana de Mansilla por un cartel con la imagen más famosa de Manuel Ferrol

23 nov 2017 . Actualizado a las 11:22 h.

La historia emigrante de Galicia es de sobra conocida y hay una foto que a todo gallego se le viene a la cabeza cuando piensa en el efecto social de ese éxodo que protagonizaron miles de ciudadanos hacia América en los años Cincuenta: la fotografía de Manuel Ferrol en la que se ve a un padre y un hijo llorando al despedir a un familiar que embarcaba en el puerto de A Coruña con destino a Argentina.

Ocurría en 1957 y por esos años tenía lugar en el interior de España, concretamente en el pueblo riojano de Mansilla, un hecho que también obligó a sus ciudadanos a iniciar un éxodo definitivo: la construcción de una presa que anegaría sus tierras obligó a desalojar todas sus casas; esas que hoy, como consecuencia de la sequía, dejan entrever sus ruinas entre la tierra.

Alejandro López / Pedro A. López

Pero, más allá del momento histórico en el que se produjeron, ¿Qué relación hay entre estos dos hechos aislados? Aparentemente nada, pero el abogado gallego Alejandro López y su padre Pedro Alejandro López se encontraron con una gran sorpresa en un viaje reciente por tierras riojanas.

Viajaban por una carretera secundaria, la LR-113, que bordea uno de los márgenes del embalse -y desde el que hoy se pueden apreciar los restos del pueblo abandonado-, y decidieron parar el coche para observar el paisaje desde un mirador en el que un panel informativo explica el destino fatal del pueblo en aquellos años Cincuenta. Y cuál fue su sorpresa cuando descubrieron que aquella fotografía de Manuel Ferrol había sido utilizada para ilustrar «la salida de los vecinos de Mansilla, un episodio cargado de dramatismo».

Alejandro López / Pedro A. López

Pero además, la imagen no solo estaba en la memoria de estos dos viajeros por su origen gallego, sino que  Pedro, que es fotógrafo aficionado, tuvo una relación de amistad con el propio autor de la mítica fotografía. «Incluso habíamos estado hablando de él durante el viaje, antes de encontrarnos con aquel cartel», contaba ayer sorprendido su hijo.

Alejandro, que es propietario de un despacho de abogados en Betanzos, compartió la imagen a través de sus redes sociales como una anécdota más de su viaje pero, más allá de que ambos episodios dramáticos tuvieron que ver en la misma época, lo cierto es que ni el padre ni el hijo que Manuel Ferrol retrató vivieron nunca en esas tierras riojanas.