«No soy un héroe, fue supervivencia»

S.G Rial

REINO UNIDO

Sergio Fariña, en la puerta del local de Borough Market en el que trabaja
Sergio Fariña, en la puerta del local de Borough Market en el que trabaja

El pontevedrés que salvó la vida de 30 clientes de un local de copas en el Borough Market al impedir el acceso de los yihadistas dice que «aún hoy me dan las gracias»

03 abr 2018 . Actualizado a las 17:07 h.

Sergio Fariña Aboy no tenía que haber trabajado aquel 3 de junio del año pasado en el restaurante del que es el manager, el Arthur Hooper’s, situado frente a la entrada del Borough Market, a un paso del Támesis y del más famoso puente de Londres. Era sábado, no le tocaba, pero al final cambió: el Madrid jugaba la final de la Copa de Europa y no iba a verla. Seguramente esa decisión le salvó la vida a casi 30 personas.

Sergio, pontevedrés de 41 años, fue calificado de héroe por haber impedido el acceso a su local de los tres terroristas del Estado Islámico que mataron esa noche a 7 personas e hirieron a 48. Con un gesto muy simple, pero cargado de valor: bajar la reja de su local e impedir el acceso de los islamistas, que estaban acuchillando a cuantas personas se encontraban a su paso, y así lo habían hecho ya en el local de al lado. «Fue por 3 segundos», explica mientras recuerda un suceso que conmocionó al país y del que no quiso hablar en los primeros meses. Otra segunda y feliz casualidad: la entrada no iba a tener verja, pero cuando estaban preparando el local lo convencieron de que la pusiese. Nunca lo agradecerá bastante.

Sergio llevaba apenas tres semanas con el restaurante abierto. Es fácil imaginar la impresión que causó aquello: los movimientos exteriores, los avisos, la gente corriendo, helicópteros y perros… Muchos buscaron refugio dentro. Y los tres terroristas intentando entrar, uno delante de los otros dos, con los cuchillos amarrados a los brazos. Un golpe fuerte y quedaron a cubierto, esperando a que la policía controlase la situación. Minutos después, los atacantes, recubiertos de lo que parecían explosivos (que no eran) fueron abatidos. Dentro, 28 personas sanas y salvas gracias a su acción. «No soy un héroe, fue solo supervivencia», explica.

Auxiliar de enfermería

Sergio Fariña, auxiliar de enfermería, que en su juventud fue jugador de baloncesto y lleva ya una dilatada y exitosa trayectoria en la hostelería en Londres (antes de llegar trabajó en Fuerteventura), recuerda que en los días siguientes la gente respondió a su acción, y al barrio en general, apoyándolos, con clientes a tope cada día. «Aún hoy me siguen dando las gracias. Los clientes son muy agradecidos y respetuosos». Por supuesto, las referencias en TripAdvisor fueron excelentes, como él les pidió a los que se refugiaron, en broma, con un temple imaginable a la vista de su carácter tranquilo y trato muy directo.

Asegura que volverá a España más adelante. Y que Londres es una ciudad segura, en la que se vive bien. Pero su vida está de momento en la hostelería de un nivel muy cuidado. «Tengo mucha pasión por mi trabajo», indica. Poco a poco fue abriéndose paso desde que llegó a Londres con dos amigos, y gracias al contacto inicial de una hija de gallegos. Los inicios no fueron fáciles, incluso a nivel administrativo, para establecerse: «Hay como un círculo vicioso de requisitos, y necesitas que uno te abra la puerta para acceder a los demás». Otro problema es la vivienda, «una locura». Un cocinero internacional, famoso por el Masterchef australiano, fue clave en su evolución y salto cualitativo, con aprendizaje en viajes a varias ciudades del mundo. Después, como todos los emigrantes saben, fue cuestión de esfuerzo y mucho movimiento. «Esta ciudad es muy competitiva, no te duermas, y reinvéntate cada día», resume su experiencia.