Un gaiteiro de Camariñas en Londres

Santiago Garrido Rial
s. g. rial CARBALLO / LA VOZ

REINO UNIDO

S. G. Rial

Natural de Xaviña, David Carril imparte clases, también de pandereta, y toca habitualmente en el puente de Westminster. Tiene 37 años y reside en la capital británica desde hace 8

15 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los viajeros a Londres que tengan previsto pasear por el puente de Westminster deben saber al menos dos cosas. Una, que se olviden de ver el Big Ben por una buena temporada, porque las obras de renovación han obligado a tapar la torre, más o menos como las de la catedral de Santiago. Una pena. La otra es que, si escuchan una gaita, ya sea gallega o escocesa, estará siendo tocada por un vecino de la Costa da Morte. Y eso que son dos los que lo hacen (y se turnan): Daniel Romar, de Cee, y David Carril, de Xaviña (Camariñas).

Hace unos días era David el que se encargaba de interpretar piezas, sobre todo, escocesas, con la gaita tradicional de este país, y vestido además con las ropas habituales, incluido la falta o kilt. Con gran éxito, a pesar del frío, la lluvia y de que muchos de los que pasan por el puente hacia el London Eye (la noria) o el hospital de Saint Thomas lo hacen a gran velocidad.

David se fue a Londres en busca de trabajo (aquí era camionero y se quedó en paro), con la ayuda de un amigo con el que ya había estado colaborando y que a su vez se había marchado antes a la capital, que ya conocía de una etapa anterior. Tuvo alguna ocupación en los primeros momentos, pero finalmente decidió dedicarse a la música a tiempo completo, y combina numerosas clases con sus interpretaciones en la zona de Westminster, una de las más turísticas de Londres, teniendo en cuenta que Londres es turístico en cualquier esquina. La gaita es su especialidad, pero también toca la flauta irlandesa (tin whistle). Y así pasan los días. «Vou tirando», explica. Tiene mucho trabajo y una agenda apretada. Lo de vestirse a veces de escocés e interpretar temas de las tierras altas, con el puntero correspondiente (hay diferencias con el gallego) ayuda a darle más difusión, porque es una imagen que se conoce más, pero se defiende en ambas.

«Londres é unha cidade moi aberta, que che dá moitas oportunidades. Aquí hai moita música, e ademais, de todos os tipos», explica. Poco a poco se ha ido abriendo camino. Más que llevar el la gaita, es ella la que lo lleva a él. «Ao final, convértese na vida». En realidad, siempre ha sido un elemento muy importante en su trayectoria, pero no a nivel profesional, como ahora. Empezó de muy pequeño, en el grupo de Camariñas. Después se esforzó en ir aprendiendo más, en mejorar. Acudía incluso a Malpica, tuvo buenos profesores.

Cada día ve como las melodías que interpreta emocionan a muchos. «Se cadra non se coñece tanto como outras, pero os que a descobren, flipan. Sobre todos os árabes, que se identifican moito con ela. A música, os ritmos, o instrumento...». Otros se sorprenden al conocer el origen, «porque non identifican a España con este tipo de música, pensan máis no flamenco e cousas así». Los paisanos se lo encuentran habitualmente en sus conciertos en el Centro Gallego, en Harrow Road, o en la Bodega, otro bar gallego donde se citan a menudo los deportivistas. O en el colegio Cañada Blanch, en Portobello. O incluso en Oxford, a donde acude a dar clases de pandereta. Por cierto, un grupo de gente está trabajando en la creación de una agrupación, ya que también hay clases de baile, pero eso aún debe madurar.

David aprovecha las visitas de los grandes artistas gallegos para tocar con ellos (y al revés: ellos con él). Así ha ocurrido con Luar na Lubre, colaborando en sus dos conciertos. Y con Uxía. Y con Carlos Núñez cuando estuvo en Oxford. Poco a poco va creciendo. «Aquí, esta música está sen explotar, é un filón», dice. En la ciudad está muy a gusto. «Atopas calquera actividade que che gusta. E tamén calquera cultura do mundo», señala.