Ana Lago: La ribeirense que intenta frenar la diabetes

L. Veiga RIBEIRA / LA VOZ

GALLEGAS QUE ROMPEN TECHOS

Ana Lago acaba de recibir un premio por sus investigaciones
Ana Lago acaba de recibir un premio por sus investigaciones CARMELA QUEIJEIRO

Este año ha recibido un premio por un proyecto sobre el diagnóstico de la enfermedad monogénica

14 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que la diabetes será la próxima pandemia que ponga al mundo en vilo, aunque algunos investigadores advierten de que ya está aquí y es una de las más importantes que hay que enfrentar. Ana Lago (Carreira, 1984) es una de las que lo creen.

Recién terminadas la licenciatura de Biología y el máster de Investigación Biomédica, ambos en la USC, se desplazó a Málaga para trabajar con la doctora Gemma Ríos en lo que más le llamaba la atención: genética y regulación del metabolismo. Allí, dentro del grupo de investigación de endocrinología, nutrición, diabetes y obesidad de Ibima, se metió dentro del estudio Pizarra: «Era una investigación que estaban empezando para definir la prevalencia de la diabetes en la población andaluza. Ahora se ha convertido en algo más grande: lo estudiamos a nivel nacional en un proyecto financiado por el Ciberdem».

Este proyecto alrededor de la incidencia de algunas enfermedades metabólicas también ha permitido que el grupo reúna una gran cantidad de muestras extrapolables a otros estudios. Ahora mismo, por ejemplo, Lago y sus compañeros analizan cómo pueden afectar diferentes contaminantes ambientales en el desarrollo de estas patologías.

Varios equipos

No obstante, esto no era suficiente para la carreirense, que ha empezado a compaginar esta investigación ligada a la realización de su tesis doctoral con su participación en la plataforma de genómica del mismo hospital. En esta además sirven de apoyo a otros equipos: «Cualquier investigador que necesite un trabajo de genética nos envía las muestras, lo hacemos y le enviamos los resultados. Ahora mismo nos mandan un montón de Portugal y de Vigo».

Esta relación entre ambos equipos del instituto malagueño ha permitido el desarrollo conjunto de proyectos. Con uno de ellos, Lago ha sido galardonada con el Premio de Investigación Saedyn 2021 en la categoría de diabetes: «Marisol Ruiz es una de las líderes en investigación de diabetes monogénica, que muchas veces no es bien diagnosticada. Ella nos envía muestras de sus pacientes y nosotros hacemos una secuenciación masiva de genes que sabemos que están relacionados para hacer bien el diagnóstico. Esto es muy caro y no lo hay en la mayoría de los centros. Nuestra idea fue diseñar un algoritmo que nos sirva para predecir si un paciente concreto es candidato a desarrollarlo o no. Con este premio a jóvenes investigadores vamos a validarlo y el año que viene lo presentaré en el congreso».

Con todo esto, Lago pretende ayudar a personas que han recibido un tratamiento erróneo, ya que, al abaratar en gran medida los costes de las pruebas y al simplificar su ejecución, las hace más accesibles: «Si funciona, en vez de ir a ciegas, tenemos una sospecha bastante segura. Podemos enviar a un estudio genético a personas muy concretas y si aún así esto no fuese posible, se puede tratar como si hubiese un diagnóstico seguro».

Con la vista en el futuro

Además de su labor en el grupo de endocrinología y en la plataforma de genómica, Lago ha decidido continuar sus estudios con un máster en bioinformática de la Universidad de Sevilla. El objetivo es poder desarrollar sus conocimientos sobre programación, necesarios para la gran cantidad de datos que se manejan en el laboratorio genético.

En enero presentará su trabajo final, que ha llevado a cabo en el grupo de progreso y salud, aunque no abandona su tema predilecto: «Hacemos un mapa metabólico de diabetes tipo 2 y con machine learning, un reposicionamiento de fármacos. Esto es, para pacientes con determinadas características, busco si hay algún medicamento en el mercado que funcione pero que no se esté utilizando para ello».

Después de todo el trabajo realizado en Málaga, también piensa en estancias en el extranjero o en encontrar algún grupo de investigación en Galicia, o cerca, para poder volver: «Cuando llegan las vacaciones nunca voy a ninguna parte, siempre vengo a ver a mi familia. Pienso en irme fuera, pero no quiero que sea algo eterno, porque hay investigadores que se van y ya no vuelven. Para mí lo ideal serían unos meses, como mucho un año. Mi objetivo es Galicia».