Mujer líder en cambio climático busca fondos para ir a la Antártida

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

Alba Aguión investiga la adaptación del percebe al cambio climatico
Alba Aguión investiga la adaptación del percebe al cambio climatico F.O.L.

Alba Aguión es la primera científica gallega en ser elegida para participar en el proyecto internacional Homeward Bound que busca formar a mujeres referentes para influir en la toma de decisiones que afectan al planeta

23 oct 2019 . Actualizado a las 09:48 h.

Alba Aguión es una científica de vocación con alma de aventurera, espíritu de divulgadora y con la disposición suficiente como para convertirse en una líder. Esta bióloga coruñesa, que realiza el doctorado investigando el percebe en el grupo Future Oceans Lab de la Universidade de Vigo, ha sabido conciliar todas estas facetas en su aún corta, pero fructífera carrera. Analizó en el Ártico, en Svalbad, el comportamiento de las bacterias en climas extremos cuando estudiaba en la Universidad de York (Inglaterra), experiencia que luego trasladó a estudiantes en charlas de divulgación; ganó el concurso nacional de monólogos científicos FameLab y fue finalista en Europa con un monólogo sobre la organización de un hormiguero y ahora, coincidiendo con su estancia en la Universidad de Santa Bárbara (California) se acaba de convertir en la primera científica gallega en ser elegida para participar en el programa Homeward Bound. Solo han seleccionado a 75 científicas de todo el mundo en un proyecto que tiene como objetivo formar a mujeres para que puedan liderar e influir en la toma decisiones que afectan al planeta.

En su área han elegido a 75 mujeres de todo el mundo para un proyecto destinado a visibilizar la figura de la mujer en la lucha contra el cambio climático y convertirse en una referente. La iniciativa culminará en el 2020 con una estancia de veinte días en la Antártida.

«¿Pueden las niñas aspirar a retos sin la visibilidad de mujeres que sirvan de referencia?», se pregunta desde California. Por si acaso, ella aspira a ser ese modelo para las nuevas generaciones. Pero antes tendrá que superar un último reto. Conseguir la financiación necesaria para participar en el programa para el que ha sido elegida. La organización aporta la mitad de los 35.000 dólares del presupuesto establecido y la Universidade de Vigo también le ha ofrecido su apoyo como patrocinadora. Pero le hacen falta más fondos, para lo que ha recurrido a una campaña de micromecenazgo en Internet. «Pretendo reunir 8.000 euros y en los primeros diez días que lleva abierta la campaña he logrado 2.100. Va viento en popa y es increíble lo solidaria que es la gente. Y también tengo bastantes colegios interesados en contribuir a través de mi visita haciendo charlas», explica.

«Hay que buscarse la vida»

Recaudar fondos para financiar el proyecto es, en su caso, una obligación, ya que el propio programa Homeward Bound se lo pide como parte del aprendizaje que realizarán durante un año para convertirse en científicas líderes. «Tenemos -dice- que buscarnos la vida para cubrir la mitad del presupuesto, aunque nos ayudan a diseñar la estrategia y también nos apoyamos unas en otras». «Busco -añade- patrocinadores que estén interesados en visibilizar la figura de la mujer en ciencia y promover un planeta sostenible».

Durante un año, las 75 elegidas recibirán formación en liderazgo, comunicación, gestión de equipo y relaciones internacionales. Será un aprendizaje on line, ya que cada una de las participantes está en lugares muy alejados. «Se trata -apunta Aguión- de desarrollar nuestras habilidades personales y profesionales para poder tener influencia en el futuro en puestos altos de toma de decisiones, en nuestro caso en el ámbito del cambio climático».

 Pero quizás Alba tiene el mejor modelo en su propio grupo de la Universidade de Vigo. Está dirigido por Elena Ojea, que participó en el último informe de la ONU sobre cambio climático en los océanos y que fue la primera mujer gallega en conseguir una de las elitistas becas Starting Grant del Consejo Europeo de Investigación. «Para mí -admite la bióloga- es una figura muy inspiradora». Pese a ello, cree que aún queda mucho por hacer. «La presencia de mujeres en puestos altos es todavía muy escasa», se lamenta.