Dos años en Nueva York para especializarse en psiquiatría de niños

Olga Suárez Chamorro
Olga Suárez REDACCIÓN / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

El médico gallego Víctor Pereira Sánchez ha logrado una beca de la Fundación Alicia Koplowitz

07 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo hay en Europa dos países en los que la Psiquiatría de niños y adolescentes no es una especialidad médica y España es uno ellos. Se trata de una demanda conocida por el Ministerio de Sanidad y que ya fue consensuada por las comunidades autónomas hace un año. En febrero, la europarlamentaria Beatriz Becerra remitió una carta a la ministra recordando que solo España y Bulgaria carecían de una especialización, lo que supone «un grave perjuicio para la credibilidad y prestigio de nuestro sistema médico, pero sobre todo para los niños y adolescentes con trastorno mental que sufren las consecuencias de no disponer de un sistema especializado como tienen el resto de países de la Unión Europea».

¿Cómo ser psiquiatra infantil en España? La primera opción es la de hacer una rotación prolongada en un centro o departamento infantil durante su residencia. La segunda, formarse fuera de España, en algún lugar donde esta especialidad sí esté reconocida. Y aquí entra en juego la Fundación Alicia Koplowitz, que cada año oferta dos programas de becas de especialización para formar a psiquiatras y psicólogos infantiles. Gracias a esta ayuda, el gallego Víctor Pereira Sánchez inició este mes (acaba de llegar allí) una formación de dos años en el centro hospitalario Bellevue de Nueva York.

Víctor nació en Pontevedra, pero pasó su infancia en Redondela. Desde pequeño quiso estudiar Medicina y, más concretamente, siempre quiso dedicarse a la atención de niños. Al terminar el bachillerato, inició sus estudios universitarios Navarra y después superó el MIR con creces: logró el puesto 45 de entre los 12.000 que se presentaban ese año. Eligió la primera plaza de Psiquiatría en la clínica de la Universidad de Navarra: «Me atrajo porque me permitía seguir investigando». Y tampoco cesó su empeño por la atención de los más pequeños, así que buscó la forma de especializarse en otro país. En marzo envió su solicitud a Fundación y logró una de las plazas.

La beca tiene una dotación de 50.000 dólares, tanto para el becario como para el centro receptor, y desarrolla un programa diseñado para cada beneficiario, pues facilitan su integración en programas docentes, seminarios, talleres de trabajo… Víctor va a formarse en el Bellevue, que pertenece a la Universidad de Nueva York (NYU) y que es uno de los hospitales públicos más grandes de la ciudad. «Ha sido siempre un centro de referencia de la medicina pública, de la atención a la gente más desfavorecida». Eligió ese destino porque ya estuvo en la ciudad estadounidense el pasado año, en otra estancia de formación de tres meses.

Ahora, el médico gallego va a trabajar en un departamento de Psiquiatría de niños y adolescentes de la Universidad, que es más transversal y que incluye toda la actividad de investigación de la NYU. «Allí no podré tener una responsabilidad sobre los pacientes, pero mi parte clínica la completaré acompañando a otros médicos para observar cómo atienden en distintas áreas de la psiquiatría infantil»; le interesan especialmente los comportamientos relacionados con el autismo y el déficit de atención.

En su estancia contará con la supervisión de dos tutores: uno perteneciente al propio centro, y otro español, que suele ser un profesional que disfrutó en el pasado de la misma beca y que se ha quedado en allí trabajando.

¿Y después? Su idea inicial es regresar: «La beca está pensada para traer de vuelta a España a la gente formada, es una gran inversión». Pero también sabe que «la Fundación necesita un pequeño porcentaje de becarios que se queden y sirvan de contacto», para asegurar que los centros con los que trabajan están realmente comprometidos. «Es otra forma de contribuir a la psiquiatría española, porque estamos en lugares de referencia». Tras la estancia en el extranjero, la Fundación Alicia Koplowitz ofrece a los médicos un contrato laboral en un hospital español, lo que también facilita la reincorporación al mercado laboral. A priori, la idea de Víctor es regresar, pero es consciente de que dos años dan para mucho. «Siempre está la posibilidad de volver a Galicia», y reconoce que en la comunidad no se llega de forma eficaz a la atención de psiquiatría de niños, «creo que se pueden poner muchos más medios para mejorar en Galicia, y en España en general». Él confía en poder contribuir a su mejora en un futuro.