«Aún no sé por qué Barack Obama me invitó a su toma de posesión»

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

ESTADOS UNIDOS

El único gallego invitado al juramento en el cargo del antecesor de Trump se cartea con el expresidente, al que anima a que apoye a su mujer para que acceda a la Casa Blanca

04 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Pensé que me iba a morir sin ver un presidente negro en los Estados Unidos, y lo que es la vida, allí estuve, en la fila cuarenta del patio central del Capitolio viendo de frente cómo tomaba posesión Barack Obama». Luis Bello Juanatey aún se emociona reconstruyendo aquel 20 de enero del 2009. «Hacía un frío muy intenso, de los que duele, pero estaba allí formando parte de la historia, en un momento trascendental en el que se estaba abriendo el camino a la persona que los Estados Unidos y el mundo necesitaban en ese momento».

A ciencia cierta, él sigue sin saber por qué le eligieron, el único gallego con invitación en la toma de posesión presidencial. «Aún no sé por qué me invitó Barack Obama, y su equipo, pero sospecho que en algún momento les llegó que estaba apoyando mucho su campaña, porque era necesario alguien como él».

Al echar la mente atrás, Luis Bello recuerda que cuando se vio sentado junto a una senadora y en medio de tanto dirigente de talla mundial, se acordó de su familia, de sus amigos, de su Santiago natal y de su Noia de toda la vida. «Hasta cierto punto ellos estaban allí conmigo, te acuerdas de la gente que ha hecho posible ser quien eres, y es una forma de agradecérselo también», continúa. Las barricadas levantadas por el ejército en todo el centro de Washington y las dificultades para llegar hasta las escalinatas del National Mall, forma parte de los recuerdos mundanos de aquel día.

Autocalificado como periodista y productor orquesta, Bello compara la importancia de ser uno de los invitados a la ceremonia en la que Obama se convirtió en presidente con el día en el que él recibió el premio Emmy por un programa dedicado a automóviles de lujo. «Hasta donde yo sé, soy el único gallego que lo tiene y es un reconocimiento a un trabajo, a una carrera. La entrega la vives como en una montaña rusa: primero ser finalista y que el mundo audiovisual sepa que existes, luego fotos, firmas, premio... Te llevan de la mano y tu sonríes. Y ahí está la estatuilla, en el comedor», dice orgulloso desde su hogar en Atlanta.

Cerca del premio, Luis Bello también atesora la carta que acaba de recibir del propio Obama, con quien sin embargo nunca ha llegado a hablar. «La carta es de agradecimiento, por una parte y de cuestiones personales por otra, pero prefiero no desvelarlos, no me resulta cómodo, lo veo como muy personal».

Cuando inició su etapa norteamericana, Bello ya llevaba a la espalda hitos como haber entrevistado a Fidel Castro, y luego sumó haber cubierto para la CNN la primera guerra de Irak. «Imagino que algo de mi carrera conocerán también», dice, para explicar haber recibido otra invitación como la anterior para cubrir la segunda toma de posesión de Obama, en el 2013. «A esta no pude ir, porque llegue el día antes de Puerto Rico sin tiempo para organizar el viaje a Washington. «El Obama reelegido ya no era el mismo de la primera vez. No hizo todo lo que dijo que iba a hacer, la verdad es que el segundo mandato lo tuvo muy fastidiado», apunta, para sin embargo poner en valor la reforma sanitaria del país, «que aunque salió fatal, es mejor que lo que había».

En Trump no reconoce nada de lo que le atrajo de Barack Obama. «Es un cambio radical, total y absoluto, es pasar del blanco al negro», dice, aunque en este caso el color de piel dicte lo contrario.

Bello volvió este verano a Galicia, a las calles de Santiago y a cargar pilas. «A Obama no le vendría nada mal ir a Galicia, comer empanada, tomarse un ribeiro y ver la Catedral, subir a la torre de Hércules y pasear por Vigo para cargar energías y animarse a apoyar a su mujer para que sea la próxima presidenta. Lo podría hacer, si se contagian de la magia gallega para arreglar el planeta», apuesta.