Hamburguesa y sopa fría, el panorama navideño de una ferrolana confinada en un colegio mayor de Madrid

Sopa y una hamburguesa es lo que le sirvieron ayer a mediodía para cenar, junto con el almuerzo y el desayuno de la mañana de hoy, a tres universitarios que están confinados por positivo en covid en el Colegio Mayor Jorge Juan de Madrid, dependiente de la Armada y ligado a la Universidad Complutense. Y sin posibilidades que puedan comer caliente, porque no les permiten utilizar microondas en las habitaciones y tampoco que le sirvan alimentos del exterior.

Una de las confinadas es una ferrolana que cursa primero de Farmacia, cuya madre, Maite López, se muestra desesperada ante las Navidades que le esperan a su hija —está asintomática— porque deseaba tenerla en casa, pero, por responsabilidad, ha decidido cumplir la normas establecidas. «Me costó un mundo decidirme, pero no puedo ir a buscarla en coche, porque no se guarda la distancia de seguridad y tampoco puede embarcar en el vuelo que tenía contratado, porque pondría en riesgo a otras personas», explica Maite López, que se muestra muy dolida por la forma de proceder del colegio mayor con este caso. Según indica, a su hija le comunicó una compañera, también gallega, que al llegar a casa dio positivo, por lo que la joven ferrolana se hizo un test y una PCR, que confirmaron que estaba contagiada. Se lo hizo saber a otros compañeros de residencia y seis dieron también positivo, pero en el centro no se hizo ningún cribado. En un principio, la dirección del colegio mayor les pidió a los padres que los fuesen a buscar y tres se marcharon. Maite López manifiesta que trató de convencer al director de que no se podía, poniendo el ejemplo de que «si el covid te pilla en un hotel tienes que cumplir ahí la cuarentena», y su hija sigue allí, al igual que otros dos jóvenes que tienen a personas enfermas en la familia. «Y los castigan teniendo que comer frío», lamenta esta madre.

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