La señorita Rottenmeier es coruñesa

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Toda la vida riñendo a Heidi y ahora resulta que es gallega. El fenómeno televisivo de los 70 ha vuelto en forma de musical y con una sorpresa. La famosa institutriz de los dibujos animados de nuestra infancia es de Camariñas

13 ene 2020 . Actualizado a las 08:20 h.

Nos hemos pasado la vida odiando a la señorita Rottenmeier por reñir tanto a la pequeña Heidi y ahora resulta que es paisana nuestra. Y nada menos que de Camariñas. La actriz Ana Carril da vida al personaje en el musical que se representó estas Navidades en Madrid.

Cuando veía la serie de pequeña, nunca se le pasó por la cabeza que acabaría haciendo de ella. La institutriz que atormenta a Heidi nació en Xaviña, se crio en A Coruña, es coach de autores y los últimos siete años ha dado clases de interpretación en la escuela de Víctor Ullate, donde era, además, la jefa de estudios. «De hecho, mis alumnos dicen que soy tan estricta como la Rottenmeier», bromea Ana Carril, mientras pasea con su hermana por la Puerta del Sol en un descanso de la función. Aprovechando la Navidad, su familia gallega ha ido a verla a la capital.

Como todos los de su generación, Ana fue la típica niña que veía Heidi de pequeña: «Lloraba muchísimo con estos dibujos animados. Me acuerdo que mi madre dudaba si seguir dejándome ver la serie porque, a veces, me entristecía mucho, ¡fíjate! [ríe]».

No tenía pesadillas con la señorita Rottenmeier, pero tampoco es que le agradase demasiado su figura. «Miedo no. Me daba entre rabia y odio, que es lo que te despierta el personaje, pero también tenía cosas muy ridículas como cuando se asustaba de los gatos y cosas así. En el espectáculo hay momentos muy graciosos en ese sentido, porque la Rottenmeier es alérgica a los peluches. En realidad, es muy recta pero muy miedica. Me lo paso muy bien representándola. Es muy divertido», comenta sobre su papel en el musical infantil, que le ha supuesto una buena oportunidad para desarrollar su doble faceta de cantante y actriz.

En el imaginario colectivo, cuando queremos decir que una persona es muy autoritaria, acudimos a la figura de la institutriz de Heidi, la niña que corría feliz por las montañas de los Alpes suizos, rodeada de cabras y cantando: «¡Abuelito, dime túuu! ¿Por qué yo soy tan feliz?» en la serie de televisión de los años setenta. Todavía hoy, el apelativo «Señorita Rottenmeier» es aplicado a menudo a políticas que se pasan de la raya abroncando a sus opositores o a presentadoras a las que se les infla la vena cuando alguien las saca de sus casillas.

Incluso, en el ámbito más casero y familiar, seguimos aplicando el término. Decimos: «Eres una Rottenmeier» y nos quedamos tan panchos, porque con eso ya lo hemos dicho todo. «Eres una amargada. Eres demasiado severa, rígida, riñona y estricta». Todo eso significa ese apellido. Y eso que la historia procede de una novela publicada por la escritora suiza Johanna Spyri ¡en el año 1880! Siglo XIX. Y la serie se estrenó en 1974, aunque el remake televisivo y en 3D que se emite desde hace unos años ha hecho que el personaje haga también las delicias de nuestros hijos y, en general, de las nuevas generaciones.

TEATRO MUSICAL INFANTIL

La obra se estrenó en septiembre en el teatro San Pol, pero la camariñana Ana Carril entró en el reparto justo el pasado mes de diciembre. «A la anterior señorita Rottenmeier, -que era la actriz Karmele Aramburu-, le salió otro personaje en El jovencito Frankenstein. Yo había hecho la prueba en mayo, les había gustado mucho y, cuando se fue ella, me llamaron a mí para retomar el personaje», explica. «Desde el principio, quise audicionar para Rottenmeier porque las malas siempre son mucho más jugosas», afirma. No se le pasó por la cabeza presentarse a la prueba para hacer de Heidi, -y eso que esta coruñesa es tan dulce y tierna como ella-, porque el personaje que le interesaba de veras era el de la insoportable institutriz. «Nunca imaginé que acabaría haciendo de ella pero, cuando me dieron el papel, mis alumnos me decían que me pega mucho. Aunque es verdad que, los que me conocen desde hace mucho tiempo, cuando les digo que estoy en este musical, me imaginan al momento haciendo de Heidi, porque soy tan risueña como ella».

La actriz gallega afincada en Madrid vivió en A Coruña desde que tenía un año, estudió en el instituto masculino de la ciudad herculina, hizo aquí la carrera de Filología Hispánica y pertenece a la primera promoción de Casa Hamlet, el estudio teatral fundado por Manuel Lourenzo y Santiago Fernández.

Entre manos tiene ahora nuevos proyectos, como llevar a escena su poemario La distancia trazada entre dos cuerpos, que le publicaron hace dos años. Es un trabajo que le hace especial ilusión. Estos son días de preparación de montaje del espectáculo, con el músico Chema Cariñeña y los actores Íñigo Asiaín, Llorenç González (el de Velvet) y la propia Ana Carril. La idea es estrenarlo en primavera. Se va a llamar Un faro en Madrid. Carril ya sabe lo que es obtener el reconocimiento por su buen oficio, ya que en el año 2008 fue galardonada con un Max de Teatro por el Espectáculo Revelación de la función Desde lo invisible, gracias a que «la maravillosa Victoria Teijeiro me llamó para su proyecto», comenta.

¿Para cuándo algún nuevo bolo por Galicia? Pues ya mismo. A finales de este mes de enero, Ana regresará a su ciudad, A Coruña, para participar en el proyecto LÓVA, que organiza el Centro de Formación de Profesorado de A Coruña en los colegios de la urbe. «Con ellos suelo colaborar con talleres de teatro musical para profes, pero esta vez daré una formación sobre teatro y emociones», explica Carril, feliz de poder desarrollar su faceta de actriz, aunque esta vez, sin tener que fruncir tanto el ceño como con su señorita Rottenmeier a la gallega.