Las primeras farolas de la Puerta del Sol anunciaron el producto de varios lucenses que montaron sus fábricas en El Escorial
18 dic 2019 . Actualizado a las 20:27 h.Venancio María Vázquez López fue un empresario sarriano que se mudó a Madrid para seguir de cerca la trayectoria de su tío, Martín López. Esta fue una familia de chocolateros y es que, en una época de regeneración, estos hombres llevaron a cabo una auténtica revolución en el campo empresarial. Ahora, el historiador Gregorio Sánchez publica la biografía de Venancio. Un análisis de una época de crecimiento que habla de la convivencia y de lo que, años después, se denominaría como márketing.
«Matías López tuvo la fábrica de chocolate por excelencia», explica Gregorio. La idea de escribir la biografía surgió porque un familiar se puso en contacto con el autor. Pero Gregorio Sánchez conoce bien la historia de los tres chocolateros sarrianos que probaron suerte en Madrid. «Primero, Antonio Vázquez, que es empresario y banquero ayudó a Matías, que fue a trabajar a la fábrica que tenía Antonio», cuenta este escritor natural de Ciudad Real pero que lleva toda la vida trabajando en El Escorial. Desde entonces, empezó a crecer una relación de solidaridad entre sarrianos y es que tres de ellos crearon tres empresas totalmente distintas y englobadas dentro de la temática chocolatera.
El libro de Gregorio es un homenaje a estos chocolateros y es que Venancio María se mudó a Madrid cuando tenía 16 años. Estuvo bajo las tutela de Matías, que fue su mentor y empezó haciendo un recorrido de aprendizaje. Venancio fue dependiente, encargado y hasta fabricante de chocolate. Se formó fuera de España. Entonces y unos años después surgió la posibilidad de que el joven sarriano adquiriera una pequeña fábrica de chocolate. Creó una sociedad y empezó a trabajar. «Matías es el gran fabricante de chocolate de una calidad excelente y dirigido a un público más elitista», explica Gregorio.
Los chocolateros descubrieron, sin saberlo, el márketing moderno: una forma innovadora de vender sus productos. Utilizaron cartelería. Los productos de estos sarrianos se distribuyeron por todo el país e incluso llegaron al extranjero. Se ganaron el cariño y respeto de mucha gente e incluso las primeras farolas de la Puerta del Sol anunciaron sus chocolates.