De Las Palmas a Cambados para ayudar a Protección Civil

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

ESPAÑA EMIGRACIÓN

Santiago Vázquez, técnico de emergencias, vuela cada año desde Gran Canaria para echar una mano en la Festa do Albariño. Acaba de estrenarse en un dispositivo de rescate de inmigrantes

03 sep 2019 . Actualizado a las 10:20 h.

Él mismo se define como un friki de las emergencias y su historia, desde luego, es cuando menos peculiar. Santiago Vázquez es un gallego nacido en Monforte, que vive en Las Palmas de Gran Canaria, que cada cinco días coge un avión para ir a trabajar al Servicio de Urgencias Médicas de Madrid (SUMA) y que en sus días libres (turnos de cinco días) sigue cogiendo aviones para ir a echar una mano en calidad de voluntario con Cruz Roja o allí donde lo necesiten. Cada verano, desde hace más de quince, tiene una cita ineludible con la Festa do Albariño de Cambados, y no precisamente para beber unos vinos e irse de juerga. Cruza el Océano Atlántico para ayudar en Protección Civil, que en esas fechas tiene trabajo a destajo, bien sea atendiendo la ambulancia o haciendo guardia en la base, que esos días se convierte en su casa para comer y para dormir.

¿Por qué una persona que vive a más de mil kilómetros coge un avión para trabajar sin cobrar un euro en Protección Civil de Cambados?. Su amistad con Iván, el responsable del servicio, tiene mucho que ver, pero, sobre todo, su afán por ayudar. «Sí, renuncias a algunas cosas, pero me gusta lo que hago», comenta. Tiene la ventaja de que, al ser residente en la isla canaria, disfruta de un descuento del 75 % en los billetes, lo cual le facilita las cosas. También a la hora de desplazarse a Algeciras, donde estuvo este verano colaborando en la operación Paso del Estrecho. Este fin de semana participó por primera vez en un dispositivo de rescate de inmigrantes en Gran Canaria, y la experiencia le dejó una sensación agridulce: felicidad, por poder ayudar a personas desamparadas, con tres menores de por medio, y frustración, por ser testigo de la cruda realidad a la que se enfrentan las personas que se embarcan en una patera en busca de un futuro mejor. «Es muy triste ver como todo el mundo les da la espalda», señala.

Además de atender su trabajo y su faceta solidaria, este técnico en emergencias de 52 años estudia un ciclo de grado superior de Coordinación de Emergencias y Protección Civil, que espera le sirva para llevar a cabo algún proyecto en Galicia. Porque, aunque vive en Canarias, sus raíces gallegas pesan mucho, y Cambados se ha convertido en un punto indispensable en su mapa personal, bien sea para estar en la Festa do Albariño o ante tragedias como la del naufragio del Sin Querer Dos, en la que tampoco faltó.