La genética de vanguardia en Europa tiene sello lucense

INTERNACIONALIZACIÓN

ALBERTO LÓPEZ

Los nuevos equipos tecnológicos convierten a ICM en uno de los mayores «hubs» europeos de genotipado Con laboratorios en Lugo y Oporto, dan servicios de genética asistencial a hospitales de toda España

28 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La genética es la especialidad de ICM (Instituto de Estudios Celulares y Moleculares), un campo en el que esta empresa biotecnológica lucense -que realiza servicios, principalmente, para hospitales- ha logrado ser líder. Es la firma nacional de servicios genéticos con más capacidad diagnóstica propia, y la incorporación de tecnología de última generación en secuenciación masiva y genotipado la sitúan a la vanguardia diagnóstica de enfermedades genéticas, según informan desde ICM. Además, este año han instalado 5 robots de gran capacidad para el procesado masivo de muestras, un secuenciador DB400 (solo hay dos en España) y un sistema dual de genotipado, que la convierten en el mayor hub europeo de genotipado, junto con Dinamarca y Reino Unido.

 ICM nació en A Coruña en 1997, por iniciativa de un grupo de profesionales médicos que demandaban una serie de test genéticos para la caracterización de tumores hematológicos, pero pronto se trasladó a Lugo. El capital inicial se repartía entre diez socios, casi todos especialistas en genética, línea en la que la empresa centra su labor. Dos de los fundadores, Alfonso Alba y Severino González, gestionan en la actualidad la empresa, que cuenta con un laboratorio en Lugo y otro en Oporto, aunque tienen previsto abrir más.

El mercado de ICM es fundamentalmente peninsular, y sus servicios llegan de manera directa a Sudamérica y, por subcontratación, a Dinamarca, Suiza y países del Golfo Pérsico. El objetivo ahora es crecer en América del sur.

En el 2019, ICM se consolidó como la empresa de genética con más crecimiento neto de España y líder en beneficio industrial. La diferencia con sus competidores la marca «la versatilidad y apuesta por la tecnología», dice Alfonso Alba: «Creo que el crecimiento es nuestro mayor hito. Somos la empresa de genética general con más rentabilidad de España y en los últimos cuatro años hemos tenido un crecimiento sostenido superior al 25%». Y es que, dan empleo a 30 personas entre puestos directos en España y Portugal y autónomos que trabajan solo para ICM, mientras que en su etapa anterior, integrada en una multinacional suiza, eran 3. Su facturación es de 5 millones en España, y la previsión es seguir creciendo al 15% en los próximos 5 años.

Las pruebas PCR, que se han colado ya en el lenguaje cotidiano de la población, son para este laboratorio «como las patatas o el aceite en la cocina gallega», afirma Alba: «Todo se inicia, se procesa o completa con procedimientos PCR, y el 99% de nuestros diagnósticos tienen algún paso intermedio de PCR».

Un pilar de la sanidad en la crisis del covid-19, con 1.000 PCR diarias

ICM fue un pilar fundamental de la sanidad pública durante la crisis del covid-19, realizando hasta 1.000 PCR al día en las semanas álgidas de la crisis, no solo para Galicia, sino también para Madrid y Canarias. No en vano, es el único laboratorio privado de Galicia validado por el Instituto Carlos III para hacer pruebas PCR del sars-cov-2.

«ICM hizo una gran labor cuando el Sergas tuvo la necesidad urgente de realizar test masivos. La colaboración público-privada es algo de lo que debemos enorgullecernos, ya que es muy positivo contar con el capital tecnológico necesario en nuestro tejido industrial para colaborar en casos de extrema necesidad», señala Alba. Y añade: «Cuando el Sergas necesitó capacidad de producción por falta de medios propios nos llamó para ver si podíamos montar la detección de covid-19 para reforzar el área sanitaria de Lugo, Ourense y Ferrol. No solo fuimos capaces de empezar a producir hasta 500 test diarios a las 48 horas de su solicitud, sino que una semana después, contando con la ayuda para la extracción del Laboratorio de Producción Animal, estábamos en condiciones técnicas de procesar más de 3.000 test diarios en nuestras instalaciones dedicando tres de los cinco robots».

Solo en lo que va de año, han invertido más de dos millones de euros en tecnología de vanguardia, con lo que pueden duplicar la capacidad de análisis genético y, «si hiciese falta, volver a reforzar a la sanidad pública si existiese rebrote».

ALBERTO LÓPEZ

«La genética será digital y la inteligencia artificial predecirá lo que ocurrirá»

 Alfonso Alba, socio fundador de ICM, es el director general.

-¿Qué líneas de negocio tienen?

-Realizamos, principalmente, servicios de genética asistencial para hospitales públicos de la red nacional y para grandes grupos hospitalarios y laboratorios de referencia. Actualmente, ICM realiza la mayor parte de la genética externalizada de los hospitales públicos de Madrid. Se da la paradoja de que muchos de los servicios hospitalarios externalizados en Galicia se derivan a centros de referencia nacionales que nos envían las muestras para, finalmente, regresar, por esa misma vía, al centro peticionario.

-¿Tener la sede en Lugo implica dificultades a nivel logístico?

-Al contrario. La proximidad a los principales operadores de logística y cercanía de plataformas globales, como Benavente, hacen que recibamos muestras de otros puntos de España antes que lo harían en capitales como Madrid o Barcelona.

-¿Cómo se presenta el futuro?

-La meta es cambiar de modelo de negocio: la genética será algo digital, se partirá de exoma o genoma completo para crear servicios individualizados al paciente en farmacogenética, prevención de enfermedades, diagnóstico de precisión... Los sistemas de inteligencia artificial analizarán nuestros datos y los compararán con los de cientos de miles de personas para predecir qué ocurrirá. Por ejemplo, no nos dirán que tenemos riesgo por tener 300 de colesterol, sino «te pareces tanto genéticamente, en tu alimentación y en tus costumbres al grupo de gente que ha tenido infartos que debes cambiar de vida».