El Gobierno garantiza que defenderá a España ante el «atropello arancelario» de EE.UU.

S. Vázquez, A. Martínez LA VOZ, AGENCIAS

INTERNACIONALIZACIÓN

MARTINA MISER

Sánchez admite que la amenaza de Trump es algo que «nos llena de inquietud» y se pondrá al lado del sector agroalimentario

06 oct 2019 . Actualizado a las 09:23 h.

El Gobierno español quiere «mantener las mejores relaciones internacionales, a través de la UE y en sus relaciones bilaterales». Y eso incluye, por supuesto, a EE.UU., pues siempre se han buscado «las mejores relaciones trasatlánticas» con el Gobierno estadounidense. Ahora bien, «mi responsabilidad es defender al sector agroalimentario ante cualquier tipo de atropello arancelario que se pueda perpetrar en las próximas semanas». Pedro Sánchez garantizó así que el Gobierno va a defender a España de las iras proteccionistas de Trump.

Lo dijo ayer, en la clausura del Foro La Toja, donde calificó de «condiciones inaceptables las impuestas por EE. UU., que intenta amenazar un proyecto Airbus liderado por cuatro países con vocación europeísta (España, Francia, Alemania y Reino Unido), imponiendo aranceles».

«Uno de los servicios más grandes a la economía global es que Trump no use el Twitter de noche» El presidente del Gobierno en funciones reconoció que las represalias en modo de trabas al comercio contra los países que participan en el proyecto compartido del Airbus «es algo que nos llena de preocupación». 

Las palabras de Pedro Sánchez en O Grove llegan un día después de que el Ejecutivo convocara al embajador de Estados Unidos en España, Duke Buchan, para transmitirle su «rechazo frontal» a esa subida de aranceles, que Trump pretende aplicar a diversos productos agroalimentarios, algunos de gran calado para Galicia, como pueden ser el vino, las conservas de marisco o determinados quesos, como el fundido.

Respuesta contundente

También llegan un día después de que las organizaciones agrarias y ganaderas, por boca de UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos), exigiesen a la UE una «respuesta contundente» a las iras proteccionistas del magnate norteamericano, aún sabiendo que esa réplica sería en forma de aranceles a EE.UU., con lo que se recrudecería la guerra comercial entre ambos bloques.