La acción se revaloriza un 10 % tras anunciar que tratará de retomar la actividad comercial en Bolivia, aunque sin poner fecha
22 ago 2019 . Actualizado a las 08:36 h.Son apenas diez líneas al final de su último informe semestral de gestión. En ellas, la vieja Pescanova anuncia que, seis años después del escándalo que dejó a la antigua matriz de la pesquera en una mera sociedad de cartera (cuyo principal activo es el 1,6 % de la Nueva Pescanova), quiere dar un paso adelante y retomar la actividad comercial.
Se trata, dice, de abrir una fase de reconstrucción, en la que «recuperaría su actividad propia», siguiendo las directrices de un nuevo plan estratégico, aunque no da muchos detalles más. Solo que, en alianza con socios locales, «la sociedad ha comenzado a crear una infraestructura de distribución en Bolivia con el fin de comercializar en dicho mercado productos del mar y otros productos de alimentación». Un plan que, explican fuentes de la compañía, está aún en una fase inicial y pendiente de los permisos de las autoridades locales, por lo que no profundizan ni en fechas ni en objetivos.
Aunque el anuncio no es muy concreto, los inversores lo acogieron ayer con alegría, y la acción de la empresa subió más de un 10 %. Eso al cierre, porque durante la sesión llegó a escalar más del 20 %.
Pese a ese estirón bursátil y los anuncios de una nueva era, en el horizonte de la vieja Pescanova hay todavía muchos nubarrones por despejar. El principal, el juicio a los presuntos responsables de la quiebra del grupo (muchos de los cuales siguen siendo accionistas de referencia en la firma), que comenzará el 2 de diciembre en la Audiencia Nacional y que se extenderá hasta finales de marzo del 2020. De hecho, la sociedad anuncia en el informe que ha aumentando sus provisiones por riesgos penales e imputaciones en quince millones, hasta los 29,9 millones, por los procesos en los que se encuentra inmersa.
En cuanto a las cuentas, el grupo cerró el primer semestre con unas pérdidas de 99.000 euros, un 44 % inferiores.