Las exportaciones mantienen a Galicia entre las 3 comunidades que más crecerán

Redacción

INTERNACIONALIZACIÓN

XOAN CARLOS GIL

El BBVA prevé que el PIB gallego avance el 2,6 % este año y un 2,3 % en el 2020, solo por detrás de Madrid y el País Vasco

18 abr 2019 . Actualizado a las 11:19 h.

Galicia se mantendrá este año, y también el próximo, entre los tres territorios de España con mejor comportamiento de su economía. Así se desprende del avance del informe regional que elabora el BBVA Research, el servicio de estudios del banco, que apunta a que este 2019 la economía gallega podría mejorar alrededor de un 2,6 %, dos décimas más que la media de España; y un 2,3 % en el 2020, en este caso tres décimas por encima del conjunto del país. Solo otras dos comunidades, con un potentísimo sector industrial una, el País Vasco; y un imán para la inversión otra, Madrid, mejoran esos datos de Galicia.

Detrás, según el servicio de estudios, están dos factores: la mejora de la competitividad de las empresas, y su mayor potencia exportadora. «El arco que va desde la Comunidad Valenciana y Cataluña hasta Galicia pasando por el valle del Ebro y el Cantábrico podría mostrar un avance significativo de las exportaciones de bienes como consecuencia del mayor dinamismo en los mercados internacionales y exteriores a la UE, la depreciación del euro y el coste del petróleo relativamente barato y estable», apuntan desde BBVA Research.

El escenario de este ejercicio, añaden, «se caracterizará por la ralentización del crecimiento del consumo privado, el mantenimiento del dinamismo de la inversión, la mejora de las exportaciones de bienes y un menor empuje del sector turístico». Aunque en este último capítulo Galicia tiene un punto a su favor: la desestacionalización de los visitantes, y el imán que hasta el 2021 puede suponer el próximo Xacobeo.

Con todo, la comunidad no será ajena a lo que pueda ir sucediendo en el conjunto de España. El BBVA mantiene sus previsiones de crecimiento para el conjunto del país en un 2,4 % en el 2019, y estima un avance del 2 % en el 2020, aunque sus datos son anteriores a la convocatoria electoral de abril, que podría influir en esas cifras.

El servicio de estudios del banco señala que la recuperación continuará, aunque prevé que durante los próximos trimestres se consolide la tendencia de moderación. De cumplirse este escenario, la economía podría crear alrededor de 800.000 puestos de trabajo durante los próximos dos años, lo que supone una ralentización en el ritmo de creación de empleo, y reducir la tasa de paro hasta el 12,6 % en el 2020.

Las debilidades conjuntas

En cuanto a los riesgos internos, el turismo en España ha dejado de ser uno de los motores de recuperación, bien por su agotamiento o por la vuelta del turismo prestado de países como Turquía, Túnez o Egipto, según los expertos del banco. Además, el consumo privado continúa su senda de leve desaceleración. Junto a lo anterior, una elevada tasa de desempleo (sigue por encima del 14 %), unos salarios que crecen por encima de la productividad, y la baja capacidad de financiación frente al exterior son algunos de los desafíos que tendrá que resolver España. El ciclo de la economía española se está normalizando y seguir creciendo sin generar desequilibrios será uno de los retos que tendrá que superar en este complejo 2019.

El informe Situación España apunta a que la recuperación ha continuado durante el pasado 2018, permitiendo un avance del PIB del 2,5 %, que incluso se habría acelerado en la última parte del año, aunque de manera temporal. La demanda doméstica se consolidó como soporte del crecimiento económico, con una contribución al avance medio anual del PIB de 2,9 puntos porcentuales, igual que la observada en el año anterior. En el lado opuesto, la demanda externa.

Hacia adelante, se espera que la recuperación continúe y se mantenga la creación de empleo, mientras que los salarios podrían empezar a aumentar con consistencia por encima de la inflación, pese al contexto general de desaceleración.

Un cóctel peligroso que lo condicionará todo: la guerra comercial, el «brexit» y la inestabilidad política europea

En el entorno exterior, según el último informe del BBVA, se mantiene un nivel alto de incertidumbre de política económica. En primer lugar, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China perduran y continúan poniendo en riesgo el devenir del comercio global. En segundo lugar, los cambios en la estrategia de política monetaria de EE.UU. siguen condicionando la recomposición de las carteras de inversión y una mayor volatilidad en los flujos hacia mercados emergentes. Los próximos pasos que pueda dar la Reserva Federal, y el impacto de un nuevo eventual cierre de la Administración podrían añadir nuevos condicionantes.

En el contexto europeo, la probabilidad de no alcanzar un acuerdo sobre la salida del Reino Unido de la Unión Europea ha aumentado en las últimas semanas, recuerdan los expertos del BBVA. Además, si bien la incertidumbre respecto a la reducción del déficit público en Italia va en descenso, las tensiones relacionadas con las movilizaciones sociales en Francia y otros países europeos han aumentado. Un cóctel de consecuencias impredecibles.

Y la situación doméstica

Los riesgos en España, recuerdan desde BBVA Research, también se mantienen. La incertidumbre sobre la política económica sigue siendo elevada. No hay ninguna garantía, recuerdan, de que tanto el Estado como el resto de las Administraciones públicas puedan llegar a cumplir con el objetivo de déficit, aunque no se hayan aprobado los Presupuestos. Sin tener en cuenta, añaden, el fuerte crecimiento del gasto público que se está produciendo y que podría intensificarse al aproximarse el ciclo electoral. El desequilibrio en las cuentas públicas se mantendría entre el 2,0 y el 2,3 % del PIB estiman.

Al mismo tiempo, preocupa la falta de consenso sobre las medidas necesarias para corregir los desequilibrios y limitaciones estructurales que todavía muestra la economía española. Y no parecen posibles a corto plazo.

Menor creación de empleo, a la espera de medir el impacto de la subida del salario mínimo

Según las estimaciones de BBVA Research, la creación de empleo se ralentizará en los dos próximos ejercicios, influida, en parte, por el aumento del salario mínimo profesional que entró en vigor el 1 de enero. Se espera que este 2019 la ocupación crezca un 2,1 %, cinco décimas menos que en el precedente.

Dado que el aumento de la población activa será modesto, la creación de empleo se traducirá en una disminución de 1,5 puntos de la tasa de paro hasta el 13,8 % Aún sigue en cifras demasiado elevadas, justo cuando se empiezan a ver señales de enfriamiento. Mientras, el avance de la ocupación y el descenso de la tasa de desempleo se prolongarán en el 2020, pero a un ritmo menor, hasta el 1,8 % y el 12,6 %, respectivamente.

Los economistas del servicio de estudios del banco creen que el notable incremento del salario mínimo -aunque aún es pronto para medir su impacto- puede condicionar la evolución de la economía y del empleo, tanto a corto como a largo plazo, si no se sientan las bases para un crecimiento importante de la productividad. En particular, se espera un impacto negativo en la creación neta de empleo que podría alcanzar entre 20.000 y 75.000 puestos de trabajo durante el 2019; mientras que, a medio plazo, y en ausencia de incrementos en la productividad que lo compensen, el impacto podría ser mayor y superar los 160.000 empleos. Esto, además, temen que afecte a colectivos especialmente vulnerables, además de a sectores expuestos a la utilización de contratos ligados a ese SMI. Para mitigar las repercusiones negativas, creen que harían falta mejoras en la eficiencia de las políticas activas de empleo.