Los «manitas» que venden taladros por todo el mundo

Gladys Vázquez REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

ANGEL MANSO

De la afición de su impulsor ha surgido una compañía que factura más de cinco millones de euros al año. Ponen a disposición de profesionales composiciones de herramientas de alta calidad que no ofrecen las marcas

02 dic 2018 . Actualizado a las 05:13 h.

Su nombre no es conocido para el gran público. En sus instalaciones del polígono coruñés de Bergondo no hay ni un solo cartel con su nombre. No lo necesitan. El mercado de Todo Taladros está en la venta de herramientas al más alto nivel. Es la realidad de una compañía que nació de una afición. «La idea surgió hace diez años. Yo era un directivo de banca, pero manitas de toda la vida». Así explica los inicios de esta compañía su principal impulsor, Javier Gómez. «Tenía que comprarme un taladro y empecé a mirar lo que había en Internet. Llegué a la conclusión de que fuera de España había composiciones a mejores precios y más libres para hacer lo que me apetecía sin ceñirme al estándar de las marcas en España».

INICIOS EN FAMILIA

De la mano de su esposa, Javier ponía los cimientos de Todo Taladros. «Me compré dos taladros y le dije a mi mujer que, si vendía uno por Ebay, la invitaría a cenar. Y así fue. Todo parecía un chiste. Compré otros dos y también los vendí. Empecé a mirar cómo funcionaba todo eso. España estaba en un mal momento económico y los kits funcionaban». La idea que habían tenido era crear conjuntos de herramientas con muchas ventajas para los profesionales. «Si necesitas cinco herramientas, tendrás que comprarlas con dos baterías cada una, cinco cargadores o cinco maletines. Nosotros lo rehacemos: te lo damos con dos maletines o un solo cargador. Has ahorrado mucho dinero y llevas menos volumen. Tus herramientas se adaptan a lo que necesitas». La idea de Javier caló entre tantos profesionales que en diez años les ha cambiado la vida.

Todo Taladros ofrece un servicio sin competencia y todo es online. «Tenemos un producto que nadie tiene. Nuestros clientes son autónomos y empresas. Vendemos herramienta profesional de alta gama y el 95 % de los pedidos son para fuera de España. En otros países priman la compra del producto bueno, máquinas más potentes o con mayor rendimiento para avanzar en los trabajos». Con un equipo formado por 13 personas, Todo Taladros ha enviado ya sus kits a lugares como Estados Unidos, China, Australia, Nueva Zelanda o a Reunión. «Lo más habitual son pedidos de entre 1.000 y 2.000 euros. Tenemos días en los que preparamos 300 envíos para salir. De media, tenemos 3.000 al mes. Terminaremos el año facturando más de 5 millones de euros. En el 2014 facturamos 300.000».

«Pedíamos cajas de vino a los supermercados para hacer los envíos»

Quien busque un taladro para el bricolaje del hogar es difícil que se lo compre a esta empresa gallega. «No tenemos ninguno por menos de 200 euros. Son máquinas superiores», apunta Javier Gómez. Hacen lo que no hacen ni las principales marcas de herramientas. «Tenemos un catálogo de composiciones que hacen prácticamente imposible que un profesional no encuentre algún kit válido para su actividad. De esta forma, para algunas marcas somos el cliente más importante a nivel nacional».

UN ALMACÉN EN CASA

Hace muy poco inauguraban instalaciones en el polígono de Bergondo. Un espacio que, de seguir a este ritmo, pronto se les quedará pequeño. «El gran salto lo dimos hace cinco años, cuando yo dejé la banca. Hasta ese momento era de chiste. Teníamos los taladros en casa, pedíamos a un supermercado cajas de vinos para hacer los envíos. Era muy rústico y dos pedidos o tres a la semana eran una fiesta. Estuvimos trabajando en una oficina de 7 metros cuadrados, en unos trasteros e incluso en el local de un antiguo gimnasio en Sada».

La explicación a esta creciente necesidad de espacio es que Todo Taladros tiene la mercancía en stock. Es su forma de responder a otro de los retos que marca su clientela: la rapidez en el envío de las herramientas. «Tenemos unos 1.000 productos en el almacén y con ellos hacemos infinitas combinaciones».