La carne saludable que se prepara para su gran viaje

Luisa López REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONALIZACIÓN

La empresa coruñesa Gisva ha modernizado sus procesos de producción para hacer de la calidad su señal de identidad; acaba de crear un departamento de exportaciones para dirigir su expansión internacional

04 mar 2018 . Actualizado a las 05:02 h.

En estos tiempos de laconadas y cocidos, la carne es, por derecho propio, la reina de la casa. Asunto de enjundia, tratándose de Galicia. Así las cosas, en el polígono coruñés de Sabón (Arteixo) habita una empresa que se ha convertido por sus procedimientos de vanguardia en uno de los referentes del sector en el mercado galaico: Gisva. De las instalaciones de la firma salen a diario sus productos en dirección a supermercados y carnicerías de toda la comunidad. Y en breve lo harán más allá de las tierras de Breogán. De ello se encargará la segunda generación, responsable igualmente de asumir el relevo en una empresa familiar que en solo tres años cumplirá medio siglo de vida.

Con once millones de facturación anual, Gisva -capitaneada por Andrea Guiotto y Begoña Sánchez- emplea a 40 personas, que trabajan en la elaboración y empaquetado de los más de 50 productos diferentes que en este momento tiene en el mercado la compañía. Por el momento, su oferta se concentra en Galicia, donde tiene presencia en establecimientos de gran, mediano y pequeño tamaño, pero en breve la firma irá un paso más allá.

Y es que la dirección de Gisva se ha propuesto este año crear un departamento de exportaciones, con un objetivo claro: que las ventas al extranjero representen el 10 % del total al cierre del 2018. Para ello, la empresa ha incorporado a la plantilla un export manager que ha iniciado ya una estrategia de expansión para este primer ejercicio.

En nada se parece el Gisva de hace unos años al actual. La compañía coruñesa ha tenido que adaptarse a los nuevos tiempos con la adquisición de maquinaria de última generación que mejora sus procesos y los optimiza para que el producto llegue al lineal del supermercado con un firme compromiso con la calidad.

En la actualidad, la firma se encuentra inmersa en la implantación de los sistemas de seguridad alimentaria más exigentes. El I+D+i es otro de los campos en los que está trabajando el equipo directivo de Gisva, con el objetivo de ofrecer productos más saludables, con menos sal, sin gluten y sin lactosa, adaptándose al nuevo mapa social de intolerancias alimentarias y alergias. Una nueva empresa que quiere demostrar que la carne, sana y tratada de forma natural, es buena para la dieta del consumidor.

Embutidos selectos y métodos tradicionales de salazón y cura, los hitos de la firma

Si algo han tenido claro tanto Andrea Guiotto como Begoña Sánchez es que a la calidad hay que sumarle diferenciación para poder introducirse en un mercado tan competitivo. Así, los cerdos con los que trabaja la compañía gallega proceden en su mayoría del territorio nacional. Gisva mantiene acuerdos estratégicos con mataderos de Extremadura y Salamanca para vender cerdo ibérico y de raza Duroc «con la mejor relación calidad-precio» del mercado.

Lo de trabajar con las mejores materias primas es una máxima que ha guiado los pasos de ambos directivos desde que tomaron las riendas de la empresa. «La selección de la materia prima es muy importante para nosotros, ya que lo más importante es ofrecer un producto con todas las garantías», explican al unísono.

Tradición

Aunar modernidad e historia es otro de sus objetivos. En la compañía han conservado algunos procedimientos tradicionales con el objetivo de ofrecer un producto virgen, que no esté sometido a procesos innecesarios y que haga más saludable su consumo. En las salas de producción de la firma en el polígono coruñés de Sabón, se sala y se cura como lo hacían en las aldeas gallegas antiguamente. Es quizás uno de los legados que les ha proporcionado el ser una de las empresas cárnicas más antiguas de Galicia.