Mauro Núñez: «No hace falta nieve, sino interés»

Pablo Gómez Cundíns
pablo gómez REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTISTAS

Mauro Núñez
Mauro Núñez

Gallego de Vilardevós afincado en Canadá y ex técnico de Rusia, tiene en sus manos a una de las perlas de Pyeongchang como seleccionador chino de esquí acrobático

12 feb 2018 . Actualizado a las 10:16 h.

China sabe lo que hace cuando encomienda a un gallego sus aspiraciones en el esquí acrobático. Mauro Núñez (Vilardevós, 1973) es, desde hace dos años, el seleccionador del gigante asiático en esta disciplina, cargo al que llegó tras ser el entrenador ruso en Sochi 2014 e impulsar este deporte a nivel mundial desde Whistler (Canadá) a golpe de innovación. Horas antes de su debut en Pyeongchang, este hijo de un miembro del cuerpo diplomático y viticultor en la D.O. Monterrei (José Antonio Núñez de las Cuevas) comparte sus sensaciones con La Voz de Galicia.

-¿Cómo lo lleva?

-Pues es una locura. No tengo mucho tiempo libre. Apenas he visto a mi familia en dos turnos de una semana desde mayo. Hay mucha presión. Los echo de menos.

-¿Se siente observado desde Galicia?

-Tengo mucha relación con mi tierra. Volveré en cuanto pueda. Este deporte es tan diferente, que me enorgullece que me sigan desde Galicia. Tras Canadá, Rusia y China, sería un orgullo trabajar para España. Los españoles están subiendo de nivel. Hay talento. Es una cuestión de inversión global.

-¿Qué le atrae de su deporte?

-Me gusta esquiar y enseñar a la gente. Llevo 17 años entrenando freestyle. Pasar el día en la naturaleza es lo más divertido. Hay trabajos y trabajos. Que te dé el viento y el sol en la cara... es lo mejor. Además es una manera de desarrollar el equilibrio y la coordinación, de disfrutar del aire libre con la familia, elevando la adrenalina. Te puedes dar un golpe, cierto. Pero cuanto más entrenes, menos golpes recibirás.

-¿Cree que es un ejemplo?

-No pienso en eso. Hay que tener experiencia, pero cualquiera puede crecer en esquí. Hay que estar atento a los detalles y querer aprender, saber lo que se necesita. Alguien puede leer esto e inspirarse, pero hay entrenadores que entrenan a otros entrenadores.

-Eso de que lo puede hacer cualquiera...

-Es esquiar, no es como los deportes de trineo o salto. La infraestructura para practicarlo no cuesta millones de euros con un mantenimiento y un coste de material altísimos. Además, ya no hace falta nieve para practicarlo, sino interés real y ganas de aprender, como Jamaica. Existe el inland skating, basado en el monopatín, con saltos y todo. Sus deportistas son buenos candidatos para este tipo de esquí acrobático, porque es equilibrio y movimiento hacia adelante. Con Internet es mucho más fácil. Todo está a la distancia de una @.

-¿Se siente reconocido?

-No lo creo. Eso va en función de los resultados de tus deportistas. En este caso, todos están alucinados con Kexin Zhang.

-La segunda mujer más joven (por un solo día) en lograr medalla en halfpipe en la Copa del Mundo.

-Es apenas una niña de 15 años de edad, pero con un potencial enorme. Solo llevo dos años con China intentando implantar mis métodos de entrenamiento y han evolucionado mucho. Lo harán bien en los Juegos. Creo, por experiencia, que mejor de lo esperado. Nuestro objetivo sigue siendo Pekín 2022.

-¿Le molesta que desde España solo presten atención a su deporte cada cuatro años?

-Para nada. Cada país es diferente y no pasa nada. Da gusto meter la mano en otros deportes no arraigados pero no hay que tener preconceptos. Cuando vi la delegación española en la ceremonia inaugural, me emocioné al ver lo grande que era. Estar representados es lo importante.

-A usted se le exige más.

-La ambición china es máxima. Quieren ganar todo siempre. Una plata es perder un oro. Mi mayor preocupación es que no haya lesiones y que estén calmados y centrados. Les dije: «Lo difícil es clasificarse. Ahora lo peor es no ganar, pero ahora hay que disfrutar la experiencia». No habrá sorpresas. Se pueden relajar.

-¿Se adaptan entre sí?

-A ellos les encantó España. No paran de hablar de nuestra comida. Yo como de todo, comida es comida. Salvo la distancia de mi familia, estoy contento. Vivo confortablemente.