Félix de los Ríos y otros ribadenses que lucharon por la independencia de Cuba

La Voz

CUBA

Era capitán y escribió «Memorias de un gallego mambí»

08 jul 2019 . Actualizado a las 15:52 h.

Varios ribadenses participaron en la Guerra de la Independencia de Cuba a favor de los rebeldes y en contra de las tropas españolas. Uno de ellos, Francisco Villamil, llegó a Mayor General. Liberó a sus esclavos para sumarse a la lucha y hoy es considerado un prócer, un héroe y un padre de la patria cubana.

Según el Índice del Ejército Libertador, cinco mariñanos cayeron en las filas mambises: Vicente Bouza Fernández, de Foz; Manuel Fernández Neira, de Mondoñedo; Cayetano Vázquez, de Muras; Pedro Pereira Pardo, de Ortigueira; y Félix de los Ríos, de Ribadeo.

De los Ríos, que era capitán, escribió Memorias de un gallego mambí, un libro que custodió Luisa Campuzano, directora del Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas de La Habana, y que recuperó Pablo Rodríguez, Vivín, librero, estudioso de Ribadeo y su emigración, autor de obras sobre el periodista Eliseo Pulpeiro o el poeta Manuel Rodríguez. Vivín prepara esta importante obra para la cultura gallega y los estudios migratorios que será publicada en breve.

Félix de los Ríos nació en Ribadeo en 1870. Era hijo de Manuel de los Ríos Reinante y de su prima hermana Teresa de los Ríos Prieto. A los 10 años subió al barco Anciola, que mandaba Eusebio González, para conocer mundo… En su libro dice que el mar era para él «lo que el imán para el acero». En 1884 marchó a Cuba. Allí trabajó en La Flor de Murias pero no ganaba para comer. Volvió a navegar y en Jacksonville se hizo Piloto de Altura y Master of Ocena, título que lo habilitaba para mandar buques de vela y vapor.

José Martí, al que conoció en Tampa, le pidió ayudar a los rebeldes cubanos. Y ejerció de correo y llevó armas a Cuba. Tras la guerra, Estrada Palma, el presidente de Cuba, lo nombró oficial del Servicio de Guardacostas. Pero su sucesor, Mario G. Menocal, lo apartó porque «no era cubano». Sufrió la ingratitud y a los 66 años, desencantado, escribió: «¿Será que a los hombres solamente se les estima mientras se les necesita?»...

Pasarón y González Lanuza

Otros ribadenses que colaboraron con los mambises fueron los primos Balbino González Pasarón (Ribadeo 1870) y José Antonio González Lanuza (La Habana 1865). Balbino era teniente del ejército español y espió para los rebeldes. Tras la guerra, fue jefe del despacho de la Secretaría de Gobernación y fiscal y presidente de la Audiencia de La Habana. Se casó con la cubana María Miyares, no tuvo hijos y murió en 1940.

González Lanuza, responsable de la Junta Revolucionaria de La Habana, fue tras la independencia uno de los cinco miembros enviados a Washington por el Ejército Revolucionario para acordar con el presidente, William Mckinley, la colaboración del gobierno americano con la naciente Cuba. Con él negociaron los generales Calixto García, José Miguel Gómez y Manuel Sanguily y el coronel José R. Villalón. González Lanuza fue Secretario de Instrucción Pública y Justicia y magistrado. Fundó la Academia de Historia y fue el autor del Código Penal cubano. Se casó con Carmen Alamilla y tuvo tres hijos. Fue socio de Aires da Miña Terra y murió en 1917.

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De Couxela al comercio de Cienfuegos y de la ortodoxia comunista a la decisiva influencia sobre Fidel Castro

Con la llegada de Fidel Castro al poder, muchos ribadenses y mariñanos vieron confiscados sus bienes. Pero uno de ellos, Carlos Rafael Rodríguez, logró ser una referencia política e intelectual del nuevo régimen.

Era hijo de Pedro Rodríguez Villameitide, natural de Couxela (Ribadeo), que emigró muy joven a Cuba. Se radicó en Cienfuegos donde regentó, en sociedad con el gallego José López Álvarez, un comercio de peletería, talabartería y servicios llamado La Opera en la calle D´Clouet y otro, denominado La Principal, en el centro histórico de la ciudad.

De su matrimonio con la cienfueguera Antonia Rodríguez, nació en 1913 su hijo Carlos Rafael, que sería una de las figuras claves de la Revolución Cubana, autor de la Reforma Agraria, miembro de la dirección del Partido Comunista, varias veces ministro y embajador y un reconocido intelectual. Ejerció una decisiva influencia sobre Fidel Castro para que abrazase el marxismo y el régimen soviético del que, en principio, recelaba. Fue vicepresidente del Gobierno y del Consejo de Estado y acompañó en 1973 a Fidel a la Conferencia de Jefes de Estado de Países no Alineados de Argel.

Carlos Rafael murió en 1997. Su hijo, Bruno Rodríguez, fue Embajador del castrismo ante las Naciones Unidas y en 2009, Raúl Castro lo nombró Ministro de Asuntos Exteriores. Y una de sus hijas, Anabel Rodríguez dirige en Madrid la sociedad Encuentro de la Cultura Cubana y es asesora de Exteriores desde los tiempos de Felipe González.

Batista y la poderosa familia de E. Miranda

Ninguna familia emigrante tuvo tanto poder en Cuba como la formada por la ribadense Emelina Miranda Cascais y el chantadino (de San Fiz de Asma) Ramiro Fernández Ledo. Sus cuatro hijos -Marta, Roberto, Cecilia y Lilia- formaron un clan alrededor del dictador Fulgencio Batista que los llevó a la cima económica y social.

Todo comenzó el día en que el coche de Batista atropelló a la joven Marta (tenía 22 años) cuando iba en bicicleta por el Vedado. El dictador se hizo cargo de los gastos de hospital de la muchacha e iba a visitarla todos los días. El amor prendió y él dejó a Elisa Godínez, con la que llevaba casado veinte años y tenía tres hijos, para casarse en 1945 con Marta, la hija de la emigrante de Ribadeo a la que doblaba la edad.

En su papel de primera dama, Marta realizó obras sociales y complementó la labor política de su marido con un estilo próximo y sensible que hizo que fuese llamada, al estilo Eva Perón, Marta del Pueblo… Y en el plano personal participó en varias sociedades mercantiles y empresas que la llevaron a ser una de las mujeres más ricas del mundo a fines de los años 50.

Sus hermanos medraron a su sombra. Roberto fue nombrado por Batista Ministro de Deportes y General Jefe de su escolta personal. Y fue dueño de hoteles y restaurantes, socio de Codeco ?la constructora que ejecutaba obras del gobierno- y accionista de clubes, sociedades y casinos. Su hermana Cecilia se casó con Rafael Saladrigas Hevia, hijo de Carlos Saladrigas Zayas, ex primer ministro constitucional y Ministro en la Dictadura. Rafael era ingeniero y Batista lo nombró Secretario de Obras Públicas. Su otra hermana, Lilia, se casó con Carlos Salas Humara, Ministro de Sanidad en 1957.

Los Fernández Miranda mantuvieron los vínculos y contactos con Galicia. Visitaron Ribadeo y Chantada y tuvieron casa en A Coruña. La esposa de Batista fue nombrada Hija Adoptiva de Ribadeo por el Concello en 1957. Murió en Palm Beach en 2006.

Formaron un clan alrededor del dictador Batista