«Dejar a un mayor ciego duele, pero dejar a un niño así es insoportable»

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

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CESAR TOIMIL

La oftalmóloga Ana González viaja de nuevo a Senegal para curar y operar a más de 300 personas con dolencias graves, la mayoría erradicadas hace años en Europa

07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En menos de dos semanas la oftalmóloga Ana González y su auxiliar Raquel Vidal abrirán su quirófano solidario en Senegal, en una zona rural, Thiadiaye, en la que ya trabajaron el año pasado. Terminaron exhaustas y muy impresionadas, porque nunca antes habían visto tantas personas sin vista. «Algunas ya solo piden que les quiten el dolor, decidimos volver por todo el trabajo que queda por hacer», cuenta una médico que en Ferrol atiende en el Instituto Gallego de Cirugía Ocular de la calle de la Tierra, donde las huellas de sus seis viajes solidarios están muy presentes.

«En África y en la India te vuelves a enamorar de la profesión por la gratitud que recibes a cambio de tu trabajo. Tengo tantas historias presentes, como la del jefe de una tribu que perdió su posición por la ceguera que sufría. Un año caminó dos días enteros para que lo operásemos; al año siguiente caminó otra vez dos jornadas sin parar solo para decirnos gracias y que había recuperado su lugar», cuenta sobre la dura realidad de las personas que sufren algún problema en los ojos en África e India, ya que en la mayoría de los casos la enfermedad conlleva el rechazo, incluso en el caso de los niños, y una sentencia de muerte en dos años. De hecho, tres de los pacientes que pasaron por la consulta de Ana eran unos hermanos pequeños a los que un curandero ordenó abandonar asegurando que estaban endemoniados. Una oenegé los encontró y los llevó ante esta oftalmóloga lucense (de Ferreira de Pantón) afincada en Ferrol. En África se multiplican cataratas congénitas o enfermedades como el tracoma, que en Europa está erradicado, ya que se tratan solo con un colirio. «Pero allí generan una infección de la conjuntiva dolorosísima, acompañada de la pérdida de la vista», va contando una especialista que lleva su propio material para operar y un cargamento de gafas donadas en una campaña que mantiene activa todo el año. Las lentes viejas son esenciales para completar sus tratamientos. «Allí es imposible para ellos acceder a unas y las que llevamos les cambian la vida, pueden volver a ver, a sus trabajos».

Cada par de gafas se revisa, se repara y se mira su graduación para clasificarse en las bolsitas del gran equipaje solidario que llevan Ana y Raquel, que ya está en África preparando el quirófano y todo lo necesario para una campaña en la que esperan revisar a los 300 pacientes de año pasado y atender a muchos más. «Todos los que sean posibles, por las mañanas nos dedicamos a los quirófanos y después a las consultas, a cuantas más personas veamos mejor, porque dejar a un mayor ciego duele, pero cuando se trata de un niño es algo insoportable», confiesa emocionada.

Ana es la única especialista gallega de una misión de la oenegé Azul en Acción en la que se enrolan dos oftalmólogos de Asturias, uno de Murcia y otro de Valencia. Durante casi un mes se levantarán muy temprano para viajar todos los días varias horas en bus hasta llegar al hospital de Thiadiaye, donde han montado un quirófano y donde les aguardan con ansia centenares de familias desde hace semanas. «Algunos esperan días hasta que les podemos atender», reconoce Ana que este año espera poder terminar una cirugía a un niño de pocos meses que hasta intentaron traer a un hospital español por su catarata bilateral. La burocracia no lo hizo posible, pero este pequeño ya tiene un sitio reservado en su consulta.

Urgen gafas

Para los viajes anteriores centenares de personas donaron sus gafas viejas, que son muy importantes para completar los tratamientos. Las recogen en el Instituto Gallego de Cirugía Ocular y en las cinco ópticas Noroeste en Ferrol (en carretera de Castilla y calle de la Tierra), Ares, Fene y Cedeira. También se pueden enviar por correo o contactando con cualquiera de los centros.