Una escuela con alma de Ikea para Kenia

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL

COOPERANTES

CÉSAR TOIMIL

Dos jóvenes ferrolanos inician mañana su colaboración en un proyecto que tratará de reconstruir un centro educativo al ritmo de las donaciones que reciban

25 jun 2016 . Actualizado a las 08:35 h.

Una profesora de la Universidad de Navarra, María Chege, creó una escuela hace años en Rongai, un lugar en el oeste de su Kenia natal. Ahora el gobierno considera que se trata de un centro con demasiados alumnos (atiende a un centenar de niños y cuenta con siete maestros y un bedel) y que no reúne los requisitos legales, a pesar de que está considerada la mejor de la región desde el punto de vista académico. Las autoridades se resisten a reformarla alegando que no pueden considerarla un centro público.

Ante esta tesitura una alumna de arquitectura (y exalumna de María) en el centro pamplonés, Clara Purry, quiso tomar el relevo. «Su proyecto de fin de carrera fue precisamente adaptar el edificio a la normativa vigente para convertirlo en un centro más de la red pública y que siguiese siendo un lugar de enseñanza», cuenta Serxio López, un ferrolano que junto a su novia, Elena Maté, viajan mañana a Kenia para impulsar esta iniciativa.

Clara terminó con los planos y comenzó con el trabajo más duro: conseguir los fondos necesarios para llevar a cabo una reforma que bebe mucho del espíritu de Ikea: «El coste de la obra es de 50.000 euros y solo tenemos la mitad, aunque seguimos recaudando, pero la idea es ir construyendo las nuevas aulas por módulos de forma que la escuela nunca se quede incompleta, aunque no se construya todo lo proyectado inicialmente», explica Serxio. Su novia, Elena Maté, era compañera de Clara en la Facultad de Arquitectura y también fue la que lo arrastró a un proyecto en el que están implicados muchos estudiantes de la Universidad de Navarra, entre ellos, varios gallegos. «Nosotros somos los únicos ferrolanos y estaremos un mes viviendo en las aulas que se pueden ocupar, cada uno nos pagamos nuestro viaje y llevamos nuestro propio saco de dormir y botiquín», explica un cooperante que reconoce que las próximas semanas van a ser un cambio vital importante. «Este año vamos a ocupar el verano de una forma diferente», reconoce este estudiante de Económicas de 22 años.

Camisetas y sudaderas

Hace meses que los integrantes de este grupo, denominado Building their future, organizan conciertos, actividades y hasta han conseguido que la marca Kukuxumusu les diseñe camisetas y sudaderas que venden para recaudar fondos. Todos participan en cada una de las fases de una iniciativa que también es respetuosa con el medio ambiente, gracias al apoyo del bioconstructor Rayco Jiménez, que pasará un año en Kenia dirigiendo las obras. Con ellos estarán medio centenar de voluntarios de toda España uniformados con camisetas grises de la citada marca, porque este color es el mejor repelente de mosquitos.

Entre todos esperan levantar la escuela soñada de la profesora María Chegue en una parcela especial para ella, porque era el terreno que había comprado para hacerse una casa y pasar allí la jubilación con los ahorros de décadas enseñando en España. Se llamará Our lady school, en homenaje a las mujeres africanas a las que María ve como los pilares del continente.