De Santiago a Brasil entre papeles y morriñas

Marcos Fidalgo

BRASIL

La nueva comunidad de gallegos en el país sudamericano se aglutina en torno a la web Amigos en Brasil, creada por un pontevedrés y que sirve de referencia a los nuevos emigrantes. Algunos se fueron por trabajo, otros muchos por amor 

30 mar 2016 . Actualizado a las 11:08 h.

Cuando las ruedas del avión  despegaron del suelo gallego, Fernando Iglesias sintió como si le arrancasen un trozo del alma. Era 2013, el mes de julio. Al lado de su pareja brasileña y de su hija Ágatha, él se iba a Brasil, con un nudo en la garganta, tras pasar dos años planeando aquel viaje, cuyo destino final era la ciudad de Camboriú.

Ubicada en el estado de Santa Catarina, al sur del país, Camboriú es una ciudad de doble personalidad. Tranquila en el invierno, se transforma y rebosa turistas en verano, cuando su población salta de cien mil a más de un millón de personas. Según Fernando, «es la mejor ciudad de Brasil, en el mejor estado de la federación». A él le encantaron las bellezas naturales y el estilo europeo de Camboriú, además del clima, del verano eterno. «Aun viviendo en la zona sur del país, el invierno aquí es como una primavera en nuestra querida y fría Galicia», aclara. 

DESDE PONTEVEDRA

Nacido en Pontevedra en 1978, Fernando se considera coruñés al cincuenta por ciento, ya que vivió mitad de su vida en A Coruña, ciudad que considera maravillosa y adonde un día quiere regresar. Su intención de ir a vivir en Brasil surgió tras hacer dos viajes como turista al país sudamericano, que considera uno de los más bonitos del mundo. Antes de irse, estudió por su cuenta, a lo largo de dieciocho meses, las leyes brasileñas relacionadas con la inmigración. Pero encontrarlas no le resultó fácil, porque no había ninguna web que se dedicase a los que desean emigrar a Brasil. «¿Por qué entonces no crearla?», pensó Fernando, que, junto a su hermano Tony, desarrolló la red Amigos en Brasil, lanzada el 1 de junio del 2013, un mes antes de su marcha. «Nos sentimos orgullosos de que nuestra plataforma haya sido creada en Galicia y por gallegos», dice. 

La mayor comunidad de hispanohablantes de Brasil ha ayudado desde su creación a  miles de emigrantes en el país sudamericano. La página es una enorme base de datos con todo tipo de información de vital importancia que todo emigrante a Brasil debe conocer, desde instrucciones de cómo sacar los documentos necesarios, hasta recomendaciones para el transporte de mascotas, o de cómo un extranjero puede sintonizar a la televisión de su país. La web también dispone de un foro y un chat, permitiendo así que las personas intercambien recomendaciones, impresiones personales, ofertas de empleo etcétera. 

MÁS DE VEINTE MIL AMIGOS

«La web fue creada en un primer momento para informar a españoles, pero a los pocos días del lanzamiento recibimos contactos de gente de muchos otros países solicitando todo tipo de ayuda e información», cuenta Fernando, que de pronto se vio obligado a ampliar la base de datos para adecuarla a las necesidades de todos los usuarios. Actualmente, en los foros, ya son casi siete mil inscritos, mientras veinte y dos mil están en las comunidades de Amigos en Brasil en las redes sociales. En total, el grupo cuenta con usuarios de 65 países. En cuanto a los de España, más de 5. 500 pertenecen a la página Españoles en Brasil en Facebook, y 2.500 se registraron en la web de Amigos en Brasil, que se ha convertido en una gran comunidad de referencia. 

Sobre los gallegos de la red, Fernando aclara que «unos han venido por la crisis económica en busca de oportunidades, otros por tener pareja Brasileña, otros por trabajo, por aventura... y algunos por un poco de todo».

Conjugando siempre en la primera persona del plural, Fernando reconoce que la comunidad ha podido ayudar a muchas personas en estos dos años de su creación: «A lo largo del tiempo hemos visto como el destino de muchos amigos en Brasil se veía determinado por consejos o acciones que tomábamos en nuestra plataforma. Supimos de muchos casos de usuarios que encontraron familiares y personas perdidas, hasta otros de algunas parejas que se conocieron en nuestra red y que se terminaron casando. En cierta ocasión, recuerdo que pusimos en contacto a dos miembros que tenían como meta común recorrer la costa brasileña en furgoneta, y al poco tiempo recibimos noticias de que aquella misma semana que se conocieron ganaron 23.000 reales (6.500 euros) en la lotería, pudiendo así cumplir con el sueño». 

Fernando añade que no es el único responsable de todo lo que Amigos en Brasil ha facilitado. «El mérito es de todos y de cada uno de los miembros de nuestra red, que nos envían constantemente nuevos datos que aprovechamos para dar el mejor soporte a todos los inmigrantes en Brasil». 

Además de Amigos en Brasil, Fernando también administra el blog Expatriado en Brasil, donde publica relatos personales de sus viajes y paseos. Mientras todo esto sucedía, él se encargaba de la comercialización de materiales para la construcción, pero cree en breve podrá ganarse la vida solo dedicándose a la web, que ha conseguido numerosos patrocinios, tanto de empresas brasileñas como españolas. Su intención es poder viajar más veces a Galicia, tierra que echa de menos siempre que ve el mar de Camboriú. Lejos en la distancia, pero cerca en el corazón.

«Es una enciclopedia para los exiliados»

Gonzalo empezó disculpándose por no haber contestado antes al correo en el que le pedíamos una entrevista, explicando que estuvo abrumado con la edición de su programa televisivo. En España lograba contratos mal pagados para la producción de publicidad, pero en Brasil descubrió que sería posible montar algo por cuenta propia. Decidió entonces producir en la tele una atracción de variedades, llamada Portal Pará, cuya presentadora es su mujer, la brasileña Cleide Lopes, una cantante que le convenció para que se  fuese a vivir con ella en la ciudad amazónica de Belém. Allí las citas, según la tradición, se realizan antes o después de la lluvia de todas las tardes.

Gonzalo es el editor y el cámara del programa, transmitido por la televisión pública del estado del Pará, cuya capital es Belém. Recientemente, empezó también a ponerse delante de las cámaras. «Actúo en un espacio que se llama O Gringo, en el que hago preguntas en portunhol que nadie entiende», cuenta Gonzalo, que se fue a Santiago de Compostela a los nueve meses de vida, tras haber nacido en Valladolid.

Viviendo hace un ano y medio en Brasil, el productor tardó mucho en lograr la regularización de sus papeles. «En esta zona amazónica si no cuentas con alguien que te ayude, puede eternizarse la espera en conseguir los diferentes documentos». Gonzalo tuvo la ayuda de su madre y de su mujer, además de la red Amigos en Brasil, a la que conoció hace cuatro meses. «Me he dado cuenta de que  para cualquier cosa que necesite alguien me puede contestar y ayudar en la página. Es una enciclopedia para los exiliados».

También tardó un tiempo en adaptarse a las idiosincrasias brasileñas, sobre todo a las de la región Norte. «La gente es muy alegre y siempre están haciéndote bromas». Con la cartera de trabajo y el visado de permanencia en manos, él cree que las cosas le van salir mejor: «Ahora es cuando espero poder mejorar mi salario y las condiciones laborales», concluye.