Galería de emigrantes | ¿Quién recuerda a Segundo Prado o Basilisa Pérez en Cee? ¿Y a José Castiñeira en Muxía?

LUIS LAMELA

ARGENTINA

El Cap Ortegal
El Cap Ortegal

11 jun 2021 . Actualizado a las 20:55 h.

Ilusionados por alcanzar un futuro mejor, fueron muchos los que se fueron de este rincón de Galicia. Unos en plena adolescencia, como el caso de Segundo Prado, nacido en la parroquia de Lobelos (Cee), soltero y agricultor, que emigró con tan solo 17 años para la Argentina. Segundo embarcó en el puerto de A Coruña en el vapor Cap Ortegal y llegó a Buenos Aires el 7 de agosto de 1908 con mucho temor y miedo, pero también muy ilusionado para «comerse el mundo». No obstante su juventud e ilusión, Segundo Prado dispuso de poco tiempo para acometer aquel reto. Diecisiete años después de su llegada, en 1925, falleció tras repartir su vida a partes iguales entre dos «amores» geográficos y sociales: los primeros 17 años en España y otros 17 en Argentina, con la fecha de su marcha como ecuador de su vida. En fin, que no dispuso de tiempo para el resentimiento que depara lo no alcanzado.

Un matrimonio

Por otro lado, José Castiñeira nació en Caberta (Muxía) y emigró con 48 años para la Argentina, jornalero y viudo. Embarcó en A Coruña en el vapor Monte Sarmiento y arribó a Buenos Aires el 9 de diciembre de 1924. Por su parte, Basilisa Pérez Rey nació en Bermún, Cee, y con 26 años, jornalera y soltera emigró también para la Argentina. Embarcó en el puerto de A Coruña en el vapor Monte Olivia y llegó a su destino el 6 de agosto de 1925.

Pocos días después de la arribada, el 19 de agosto, Basilisa se casó en Buenos Aires con el muxián de Caberta José Castiñeira en una boda indudablemente concertada con anterioridad a la salida de los dos de España, y que hizo de las tierras australes quizás un paisaje menos hostil. Nada más sabemos de la mochila que fue cargando el matrimonio Castiñeira-Pérez Rey a través del tiempo en la diáspora. Solamente podemos pergeñar esta breve reseña de un muxián y de una ceense, de las muchas que aún faltan por pergeñar de hombres y mujeres que acudieron a la emigración para dignificar social y económicamente sus vidas. Y la de sus descendientes.

Para reconstruir un futuro mejor que el que dejaron atrás, en Cee o en Muxía. Emigrantes en el lado de los olvidados: la tierra recuerda, recuerdan los árboles y las piedras, y solo las personas hacen lo posible para olvidar. Y olvidan. ¿Quién recuerda a Segundo Prado o a Basilisa Pérez Rey en Cee o a José Castiñeira en Muxía?