Galería de emigrantes | Uno emigró a finales del XIX y el otro, a principios del XX
01 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Cayetano Antelo es natural del municipio de Vimianzo. Soltero y agricultor, su historia comienza al emigrar para la Argentina. Embarcó en Vigo en el vapor Oropesa y arribó a su destino el 27 de noviembre de 1897.
En Buenos Aires se casó con Carmen Mouzo, previendo quizás una vida más que prometedora, seguramente feliz. Con 53 años, en noviembre de 1950 adquirió a Victorio Antelo, seguramente un familiar suyo, una propiedad en la capital federal, y lo demás que sabemos son pequeños retales de su vida, pero no poseemos ni una vieja o borrosa fotografía que nos pueda traer algo más de su pasado, de su fisonomía, de su historia.
Por el anuncio de un juzgado de Buenos Aires reclamando la presencia de herederos y acreedores de Cayetano en agosto de 1956, deducimos que el soneirán falleció entre 1951 y 1955, el último eslabón que hemos localizado. El primero, fue el vapor Oropesa, que lo alejó de su tierra para siempre. El último, la noticia de que sus restos descansan en una tierra en la que sus raíces arraigaron con la de sus descendientes que en aquella geografía fijaron su vida.
Otro vimiancés emigrante fue Manuel R. Parga (en la imagen, publicada en la revista Alborada), que nació en la aldea de Carnés (Vimianzo). Marchó para la Argentina a principios del siglo XX y fue uno de los muchos individuos que, con su marcha, desaparecieron de la escena humana, geográfica e histórica de la Costa da Morte, para entrar de lleno en el baúl del olvido y del anonimato. Nada sabemos del relato cronológico de su vida en el país austral, pero, en este caso, sí sobrevivió una vieja y borrosa fotografía para testimoniar su existencia en la tierra en donde le aseguraron que había más pan que en su casa de la comarca de Soneira. Manuel R. Parga falleció en Buenos Aires el 4 de octubre de 1926.