Reabren parte de los servicios médicos del centro gallego de Buenos Aires
ARGENTINA
La empresa que lo gestiona anuncia la recuperación de seis quirófanos
15 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.La empresa Buenos Aires Servicios de Salud (BASA) que gestiona el Centro Gallego de Buenos Aires desde hace quince días y por un plazo de 30 años, ha puesto en marcha esta semana algunos de los servicios básicos, así como la inversión ya realizada en quirófanos y áreas de terapia. El presidente Mauricio Macri «está enormemente feliz» por la reapertura del centro, según manifestaron funcionarios nacionales durante la puesta de largo de esas nuevas instalaciones.
El objetivo de la empresa, según explicaron sus directivos, es captar el apoyo de los viejos socios del centro gallego; reabrir en breve los seis quirófanos existentes y las áreas de terapia y pediatría; acondicionar un centenar de camas hospitalarias, y cerrar rápidamente con el Estado argentino la provisión de servicios de salud a 40.000 jubilados argentinos, a través del PAMI (una entidad similar al Imserso en España).
Durante el acto, Sergio Cassinotti, director ejecutivo del PAMI, explicó: «A partir de esta semana, cerca de cuarenta mil de nuestros afiliados van a empezar a ser atendidos en este hospital. El PAMI tiene cinco millones de beneficiarios en Argentina y es necesario contar con nuevas camas en la ciudad de Buenos Aires, también con quirófanos y terapias que se equiparan, y con 300 camas, con las que contará el Centro Gallego».
Ante la mirada hasta incrédula y de sorpresa de socios, médicos, enfermeras y directivos de BASA, Cassinotti fue más allá: «Puedo garantizar que el presidente (Mauricio Macri) está enormemente feliz con que el Centro Gallego vuelva a funcionar: lo hablé esta mañana con él, y les mando el saludo para todos ustedes».
«Los vamos a cuidar y a mimar», fue la promesa expresada a los socios por parte de Raúl Olmos, el empresario mendocino de 54 años que lidera el grupo que regenta ahora el centro, y que actualmente atiende a unas 800.000 personas en Argentina. Allí presentó los nuevos equipos instalados en los quirófanos y los cambios realizados en varios lugares de la institución.
«Es una tarea muy difícil» por la que debe pasar el centro gallego, donde debe realizarse un trabajo «muy grande», reconoció Olmos. Por este motivo, pidió a las 360 personas que componen la plantilla «que confíen y acompañen» al grupo a cargo del centro gallego, «que sanen heridas y miren con optimismo el futuro».
La herencia
La deuda del centro gallego ronda -según calcula el propio Grupo Olmos- los 48 millones de euros, de los que la mitad corresponden a impagos con Hacienda. La otra mitad se divide en pasivos con la Seguridad Social y con los trabajadores, aparte de una deuda judicial. El último aporte de la Xunta de Galicia fue de 33,5 millones de euros y se realizó en el período 2001-2011. Solo en este último año, el Gobierno gallego inyectó 11,5 millones de euros, destinado la mitad a pagar deudas con Hacienda.
La intervención judicial del centro se produjo en el 2012, cuando los responsables afrontaban una deuda de dos millones de euros y no podían atender el pago de sueldos, tras una caída de la masa societaria y de aportes de otras obras sociales. A partir de ahí la deuda creció desorbitadamente en siete años. Deberá ser cancelada por el grupo Olmos para poder hacer uso de la opción de compra del inmueble de 34.000 metros cuadrados del Centro Gallego, donde hoy la empresa de BASA planea centralizar toda su actividad de Salud en el área metropolitana Buenos Aires.
El acuerdo permite a esta mutua retener el 10 % de las cuotas de los socios y garantizar la potestad sobre la mítica habitación 202 donde falleció Castelao, la biblioteca con 18.000 volúmenes, la tenencia y resguardo de unos 161 cuadros y obras de arte valorados en 600.000 euros, de Castelao, Seoane, Maside y Sotomayor, ubicadas en el centro.
Los socios: «Aquí hay ideales, tradición y honor»
La presentación de la reapertura de los servicios médicos en el centro gallego de Buenos Aires generó, en general, reacciones positivas entre los usuarios. Ovidio Garrido Lema, nacido en Zas), fue vicepresidente y directivo de la Agrupación Galicia: Según decía, la propuesta de Raúl Olmos le parecía creíble: «No había otro camino, sino íbamos a la quiebra en una institución por la que pasé por todos sus cargos directivos, y sino lográbamos esto, iba a ser peor». Por su parte, Ana María Álvarez, hija de gallegos, y presidenta de la agrupación Salud y Cultura, mostraba también su satisfacción: «Estoy muy contenta al ver que se acercó tanta gente al relanzamiento del centro gallego tras un proceso que costó tanto. Hay confianza en la gente que entra. Esperemos tener el centro gallego que teníamos».
Otro de los que mostró su opinión fue Darío Núñez, nacido en Tui y presidente de la Agrupación Celta, con un punto de vista algo más escéptico: «Hay que esperar. Hoy no podemos creer todo lo que nos dicen. Antes ya nos habían prometido dar un buen trato y fuimos engañados. Esperemos ahora que no lo seamos más».
Por su parte, Inés Pilar Crestar, doctora y socia de la entidad, manifestó: «Hay sentimientos encontrados: tristeza por decisiones no queridas y alegría por lo que ofrece Olmos. Hubo que luchar contra falsedades y pese a trabas y amenazas pusimos el alma para salvar el centro gallego. Nos quisieron dejar afuera. Nos faltaron el respeto. Pero nunca pensamos irnos. Aquí están nuestras raíces, el espíritu de los gallegos de corazón que nos precedieron. Aquí hay ideales, tradición, honor y esperanza de seguir».
Ana Miranda Paz, diputada del Parlamento Europeo, dedicó también unas palabras durante el acto de reapertura a través de una breve participación en un vídeo institucional tomado en la mítica biblioteca de la entidad: «Mantener vivo la obra y el patrimonio del centro gallego de Buenos Aires, es muy importante para la cultura de Galicia».