El hombre que tenía Pontevedra en la memoria

m.h. PONTEVEDRA / LA VOZ

ARGENTINA

CAPOTILLO

07 may 2019 . Actualizado a las 09:54 h.

Es la memoria una de esas cosas que nos hace tan valiosos como seres humanos. Y era su memoria, su afabilidad y su capacidad para contar las cosas lo que convertía a José Luis Fernández Sieira en un personaje histórico de Pontevedra. Presidente de honor de la Filarmónica, falleció a los 90 años y fue enterrado ayer.

Fernández Sieira llegó a Pontevedra siendo casi un bebé, a los dos años. Se vino con su madre desde A Pobra do Caramiñal, donde había nacido. Contaba que no pudo conocer a su padre, que falleció en un barco de vapor a causa del cólera cuando viajaba de Nueva York a Buenos Aires. Su madre se asentó con él en el barrio de Santa María, donde creció José Luis. A muy temprana edad, comenzó a sentir inquietud por la música. «Me consideraban un niño raro porque con ocho años los domingos por la mañana prefería sentarme en un banco de la alameda frente al palco de la música para escuchar a la banda que jugar a la pelota con mis amigos», contaba en una entrevista en La Voz.

Estudió guitarra con el maestro Pola, pero fue sobre todo un músico autodidacta. Con 18 años se hizo socio de la Filarmónica y ya nunca más se separó de la entidad. Fue primero secretario, luego vicepresidente y posteriormente presidente de la Filarmónica. Seguía siendo presidente de honor. Estaba orgulloso del colectivo: «Ha hecho que muchos pontevedreses entendiesen y amasen la música clásica», se le escuchaba decir.

De profesión funcionario de Obras Públicas, la dedicación de Fernández Sieira al ámbito cultural fue mucho más allá de la Filarmónica. Durante 39 años se encargó de escribir las semblanzas de Amigos de Pontevedra. Narró la vida de los pontevedreses premiados con un estilo inconfundible, con humor y gran cariño.