La emigración de barbanzanos cae por primera vez en 25 años

Xoán Ramón Alvite Alvite
xoán ramón alvite MAZARICOS / LA VOZ

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José Ángel Caamaño lleva dos décadas en Liechtenstein
José Ángel Caamaño lleva dos décadas en Liechtenstein

El empeoramiento de la situación laboral de los países de destino propicia la bajada

07 feb 2022 . Actualizado a las 21:07 h.

La opción de trabajar en el extranjero parece que empieza a perder fuerza como salida laboral para los barbanzanos. Eso al menos es lo que invita a pesar el hecho de que, por primera vez en los últimos 25 años, el número total de emigrados cae con respecto al ejercicio anterior.

Según los datos publicados por el Instituto Galego de Estadística, con referencia a finales de julio del 2021 residían en el extranjero 20.541 vecinos de la comarca. Son apenas una veintena menos de los que se encontraban en esta situación durante el mismo período del año precedente, pero evidencian un cambio de tendencia. Este se inició hace poco más de una década cuando los movimientos migratorios empezaron a estabilizarse tras el fuerte repunte de las salidas hacia otros países, fruto de la crisis económica del año 2008.

Si por aquel entonces una media de dos vecinos abandonaban la comarca diariamente —fueron más de 1.300 entre los años 2009 y 2010— apenas un lustro después la cifra fue descendiendo progresivamente hasta situarse en el entorno de los 400 nuevos emigrantes anuales durante el período 2013-2017, para caer a continuación a poco más del centenar y medio por ejercicio.

Aumento de los requisitos

Al empeoramiento de la situación económica y laboral de algunos de los países que venían siendo destinos habituales de los emigrantes de la zona se suman el incremento de los requisitos burocráticos para poder trabajar en otros o, más recientemente, el temor a las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia.

Con todo, las cifras que representa la emigración barbanzana siguen siendo, porcentualmente, muy importantes. Uno de cada cinco vecinos tiene su residencia habitual en el extranjero. Este peso es especialmente reseñable en territorios como Mazaricos, donde los residentes en el exterior son ya más de la mitad de los que viven en el municipio.

Otro tanto sucede en Carnota, con 1.846 emigrados por 3.900 empadronados, y, principalmente, en Outes, donde el censo de residentes en el exterior representa el 29 % del total. En el otro extremo está A Pobra, donde el peso de la emigración es el menos significativo de todo el territorio barbanzano.

José Ángel Caamaño: «As cousas no estranxeiro tamén se complicaron moito»

Aunque reconoce disfrutar de unas condiciones laborales «moi difíciles de atopar noutros lugares», José Ángel Caamaño Danís (Mazaricos, 1979) asegura también que es consciente de lo complicada que se está poniendo la vida en Liechtenstein, país en el que trabaja desde hace ya dos décadas.

«A vida sube moito máis do que o fan os salarios e a competencia polos postos de traballo é cada vez maior. Algo parecido, coas lóxicas diferenzas, ao que pasa en España. As cousas no estranxeiro tamén se complicaron moito nos últimos anos», explica este mazaricano que trabaja como inspector de soldadura y jefe de robots industriales en una empresa dedicada a la fabricación de calderas.

En este sentido, Caamaño Danís señala que cada vez son más los barbanzanos que, cerca de la jubilación, optan por hacer las maletas y volver a su tierra: «Antes había xente que incluso alongaba o retiro porque lle compensaba economicamente. Agora, quen pode, pide a liquidación e volve para a casa sen pensalo dúas veces».

Un gran éxodo

Aunque los últimos datos ponen de manifiesto un menor flujo migratorio de vecinos hacia el extranjero, no debe perderse de vista que uno de cada cinco vecinos tiene su residencia habitual fuera de nuestro país. Se trata de un número muy elevado que pone de relieve el gran éxodo poblacional en la comarca. Cabe preguntarse si la situación se repetirá en el caso de que haya otra crisis como la del 2008.