El pintor Antón Pulido Nóvoa prepara «sen presa» tres exposiciones en Norteamérica, Seúl y Roma
04 dic 2019 . Actualizado a las 11:11 h.El pintor y grabador ourensano Antón Pulido Nóvoa (Bóveda de Amoeiro, 1944) ha evolucionado desde que en los años 70 retrataba la vida del campo gallego a crear grandes murales abstractos para la ciudad de Vigo, donde está afincado. Actualmente, prepara una exposición de cien cuadros, una recopilación de toda su obra, que mostrará en Estados Unidos. Es una antología en la que lleva más de un año trabajando, preparándola a conciencia antes de cruzar el charco.
El artista también tiene proyectos para exponer en una galería de Seúl, en Corea del Sur, dentro de nueve meses y en Roma, en Italia. «Son proxectos sen presa. Son importantes porque falan da reflexión do artista», indica. Añade que su última etapa se ha centrado en el arte abstracto emotivo y positivo «onde intento que sexa un goce para os sentidos, unha festa, unha alegría e unha reflexión».
Sobre la evolución de su obra, Pulido cuenta que «no camiño do pintor sempre hai tendencias que van guiando a estética e as diversas etapas da miña obra no tempo». Comenta que inició su carrera con la pintura impresionista a comienzos de los años 70, donde captaba los montes de Casaio. Después pasó «por varios ismos» como el simbolismo, el fovismo (del francés fauve) o el expresionismo hasta llegar a la etapa abstracta actual.
De sus inicios, recuerda su etapa en la Universitat de Barcelona, donde estudió en la facultad de Bellas Artes. «Foi moi importante na miña obra porque fun alumno durante tres cursos do extraordinario Hernández Pijuan e por estar en contacto a diario coas mostras nas galerías de arte. Todos os meses quedabas prendado de obras que te marcaban para sempre», añade Pulido.
Galicia y Vigo le han inspirado muchas de sus temas. Aquí se incluye la serra da Martiñá (cerca del monasterio de Oseira), los montes de Casaio, así como las rúas de Vigo, con especial atención a O Berbés y a la Praza das Apertas, en el cruce de Peniche. Otros asuntos que le interesaron fueron los «homes nos abismos» y las «mulleres durmindo nas ondas». «Estas obras están ligadas ás miñas emocións e querencias desta querida Galicia».
Pulido añade que «todas» sus obras le gustan, «absolutamente todas as quero por igual», aunque algunas, por diversas circunstancias tiene mayor relación con ellas «ou sintonizo moito máis», como es el caso de la Praza das Apertas de Vigo, «no seu conxunto». También tiene especial devoción por O home no Abismo, integrado en los fondos de la colección AFundación, una obra de 1991 en la que sobre el espigón del muelle un hombre de pie, solo, desnudo, dobla la cabeza hacia abajo observando la profundidad del mar que se extiende a sus pies.
En su labor académica, destaca su papel como primer director del Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago de Compostela y fue director xeral de Cultura de la Xunta. También tuvo una faceta como profesor de dibujo en bachillerato y de academia, y creador de las portadas de editorial Ir Indo sobre arte gallego. Su tierra lo premió.
El mural de la Praza das Apertas, inaugurado en el 2015 y ampliado en el 2016, es una de las obras preferidas de Antón Pulido. Conserva numerosas fotos en las que se le ve brocha en mano aplicando los colores planos a esta pared que dignificó el cruce de Peniche con el Camiño dos Pazos y Pi y Margall. En la plaza, hay unos bancos que tienen silueta de letras y que conforman la palabra Apertas. «Intentei conxugar a arquitectura coa escultura e a pintura», explica Pulido ante su obra. La califica de «colorista». «Intentei facer unha exaltación da enerxía positiva da vida, un canto á alegría», afirma. Lo considera «un resume da miña obra abstracta» y un trabajo «emotivo, apaixoado, unha sinfonía de cor na que harmonicei o ritmo co xesto». «Levoume varios meses decidirme por un deseño que cambiase un lugar lúgrube nunha praza chea de cor. A realización foi moi doada», dice.